¿Qué pasó con Virginia Dare?
“Y un niño los pastoreará” (Isaías 11:6, RVR 95).
La primera niña nacida de padres ingleses en América fue Virginia Dare. Nació en la isla de Roanoke, frente a la actual costa de Carolina del Norte. Eso fue el 18 de agosto de 1587. Su abuelo era John White, gobernador de la colonia. Solo se conocen los primeros nueve días de su vida. Sus padres formaban parte de un grupo de 150 colonos que habían zarpado de Inglaterra en tres barcos con destino a la nueva colonia. Dos de los barcos regresaron a Inglaterra inmediatamente después de llegar; y el tercero, con John White a bordo, zarpó hacia Inglaterra un mes después para traer más suministros a la colonia. Antes de partir, todos acordaron que, si los colonos necesitaban abandonar la isla, grabarían su nueva ubicación en un árbol o un poste fuera del fuerte. Y si el traslado tenía que hacerse por un ataque de los indios, debían tallar sobre las letras una señal de socorro en la forma de la Cruz de Malta.
Por desgracia, el regreso de John se retrasó. El barco tuvo que someterse a reparaciones. Además, le fue difícil reunir el dinero necesario para el viaje a causa de la guerra entre Inglaterra y España. Cuando finalmente volvió a la colonia, unos tres años más tarde, los colonos habían desaparecido y el fuerte estaba en ruinas. Lamentablemente, todo lo que pudo encontrar fue la palabra “Croatoan” escrita sin ninguna cruz, u otro signo de angustia o advertencia.
¿Qué pasó con los colonos? ¿Murieron de alguna enfermedad? ¿Fueron asesinados o llevados como cautivos? ¿El asentamiento fue atacado por guerreros nativos? No sabemos qué les ocurrió a los colonos, pero la historia tiene algunos datos interesantes que contarnos. Años más tarde, se informó de que algunas de las tribus indias de la zona tenían miembros con ojos azules o verdes. ¿De dónde venían esos ojos? La mayoría de los indios de aquella época solo tenían ojos de color marrón o negro. Era un rasgo dominante entre las tribus indias americanas. Es posible que el pequeño asentamiento de Roanoke fuera saqueado y quemado, y que los niños pequeños fueran llevados cautivos. ¿Crecieron, se casaron con las tribus locales y tuvieron sus propios hijos? Probablemente nunca lo sabremos, pero es interesante conjeturar y preguntarse.
Tal vez, después de todo, Dios preservó la memoria de aquellos colonos a través de las vidas de Virginia Dare y de los otros niños de la colonia. Algún día Jesús vendrá y, cuando lo haga, todo se aclarará. Misterios como este serán descubiertos, y los secretos del pasado serán revelados.