Sábado 14 de Enero de 2023 | Matutina para mujeres | Declaraciones apresuradas

Declaraciones apresuradas

Respondió Jacob y dijo a Labán: Porque tuve miedo: pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas. Génesis 31:31.

Jacob decidió regresar a su tierra con dos esposas, dos concubinas, doce hijos y un gran rebaño de ovejas, escapando de su malvado suegro. Labán había engañado a Jacob, había controlado dos generaciones de matrimonios (Rebeca. Lea y Raquel), manipulaba a otros para su propio beneficio, no admitía sus equivocaciones. Se había beneficiado financieramente pero no espiritualmente de Jacob. Sus hijas por primera vez concuerdan en algo: su padre las vendió como esclavas, no les dio la dote matrimonial recibida por ellas, como era la costumbre. Jacob tenía razones para temer a alguien sin escrúpulos como Labán; pero el comportamiento egoísta del suegro no fue una excusa para no dar un servicio fiel y diligente. No justifiquemos nuestras faltas en nuestro lugar de trabajo con el trato injusto de nuestros superiores.

El miedo es un sentimiento que trasciende sexo, nivel social, relaciones y posición económica; ha sido parte inseparable de la raza humana. Desde que Adán pecó, el miedo fue engendrado en su corazón, y permanecerá entre nosotros mientras perdure el pecado. Por lo tanto, necesitamos aprender a identificarlo y mantenerlo sujeto a nuestra voluntad. Fuera por miedo o por estar seguro de la fidelidad de su familia, Jacob habló apresuradamente: “Aquel en cuyo poder hallares tus dioses, no viva» (Gén. 31:32). Sin saber que su amada esposa Raquel los había escondido. No deberíamos hacer declaraciones apresuradas, por más seguros que estemos de los hechos.

“En defensa de su secreta y apresurada partida, Jacob mostró temor e hizo una confesión sincera y honrada. En cuanto a la acusación de robo, Jacob voluntariamente se sometió a las disposiciones de la ley de Mesopotamia. Eso significaba la pena de muerte para ciertas clases de robo que incluían objetos sagrados» (1CBA, p. 412).

Raquel robó los ídolos porque, según la tradición, poseer los dioses de la familia era como tener el título de las propiedades del padre; y muerto este, podría reclamarlas como herencia. Esto explica la ansiedad de Labán por recuperar los ídolos, pero no justifica el hurto y la mentira de Raquel.

El miedo llevó a Jacob a hacer declaraciones apresuradas que pudieron haber costado la vida de su esposa. Pídele a Dios que te dé sabiduría para no hacer declaraciones que podrían afectar a un miembro de tu familia.

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