Janes y Jambres
“De la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también estos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe” (2 Timoteo 3:8).
¡Qué nombres tan raros! Pablo hace referencia a ellos, pero no están en el Antiguo Testamento (AT). Sí se menciona a Janes y a Jambres en los tárgumes, que fueron traducciones orales del Antiguo Testamento y que comenzaron a escribirse antes del tiempo de Jesús. Al parecer, eran dos los magos que imitaron los milagros de Moisés cuando este se presentó frente al Faraón para pedir la liberación del pueblo.
Más allá de sus nombres, lo concreto es que, así como ellos resistieron a Moisés, los falsos maestros religiosos resisten y se oponen a la verdad. La herramienta usada por los magos egipcios o los falsos maestros es la misma: falsificar el milagro para que parezca verdadero y crear confusión.
Pablo dice que, por resistir la verdad, se vuelven corruptos de entendimiento, insensatos, necios y réprobos (es decir, no aprobados) en la fe. Así como los magos fueron descubiertos, estos también son y serán desenmascarados. Son de fantasía. No van a llegar muy lejos.
Esta estrategia del diablo resulta ventajosa para el pecador porque, generalmente prefiere el engaño que los tranquiliza antes que la verdad que los incomoda. El enemigo ha especializado su poder engañoso e inicuo para personificar a Cristo, para entrampar si fuera posible a los mismos escogidos. ¿Ya viste alguna cosa falsa tan “bien hecha” que se parece a la genuina? Elena de White nos pregunta y desafía: “Hermanos, predicad la Palabra y no invitéis al pueblo a que ponga su fe en cosas inciertas, o a que afirme su confianza en el instrumento humano. Tengo instrucciones del Señor” (Mensajes selectos, t. 2, p. 100).
Si has identificado a otros que tienen el espíritu de Janes y Jambres, quería pedirte que te mantengas siempre defendiendo la verdad, pero que lo hagas con el espíritu adecuado, ya que “el espíritu de Cristo nos llevará a odiar el pecado mientras que estaremos dispuestos a realizar cualquier sacrificio para salvar al pecador” (Mente, carácter y personalidad, t. 1, p. 314).
Si actitudes como la de Janes y Jambres están en tu corazón, es hora de postrarte arrepentido y tener una experiencia nueva con Jesús. No necesitamos Janes y Jambres. Necesitamos gente como Moisés, Pablo o Timoteo, que “amen la verdad, vivan la verdad, prediquen la verdad y defiendan la verdad; porque el que no habla la verdad traiciona la verdad” (Juan Hus).
