Viernes 26 de Noviembre de 2021 | Matutina para Mujeres | El desánimo, la anestesia del alma

Viernes 26 de Noviembre de 2021 | Matutina para Mujeres | El desánimo, la anestesia del alma

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El desánimo, la anestesia del alma

“El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza” (Sal. 34:18).

Alguien dijo que “no se puede volver el reloj hacia atrás, pero se puede volver a darle cuerda”. Esta maravillosa frase tiene mucho que ver con el desánimo que genera una situación que no podemos revertir, y con la necesidad de mirar hacia delante, dejando el pasado en el pasado.

El desánimo es un estado emocional paralizante; nos roba la energía y nos susurra con sutileza enfermiza que nada vale la pena, especialmente cuando hemos invertido tanto tiempo y esfuerzo en una tarea solo para ver cómo re­sulta infructuosa. Todas pasaremos alguna vez en la vida por momentos de desánimo, eso es normal. Lo importante es no permanecer en ese estado tanto tiempo, que conduzca a la pérdida de esperanza y a esa tristeza tan profunda que deriva en depresión.

Es alentador recordar las palabras del proverbista, cuando dice: “Porque aunque siete veces caiga el justo, volverá a levantarse” (Prov. 24:16). Si has in vertido años de vida tratando de ser una mujer de acuerdo al corazón de Dios y Satanás te ha entrampado, no te resignes.

Persevera con humildad sincera y él te pondrá en alto, sin importar cuán bajo hayas caído y a pesar de lo que los demás puedan pensar de ti. No te resignes a ser el “tapete” donde algunos limpien sus pies; recuerda tu origen y tu propósito. 

Sentadas ella y yo bajo la sombra de un árbol, mi joven amiga me contó su historia. Había nacido en un hogar cristiano y la habían instruido en los principios eternos. Al llegar a la juventud, fue inducida a tener relaciones sexuales con alguien que pensó que la amaba. Desalentada y descorazonada, terminó sola luchando con su culpa y su autodesprecio, pensando que Dios también la despreciaba. En aquel momento, enviada por su madre al retiro de señoritas, se sentía inadecuada, indigna y con la impotencia de no poder volver el tiempo atrás. 

Para Dios nunca serás un caso perdido; por el contrario, eres un caso gana­do, porque en la cruz del Calvario él ya pagó el precio por tu rescate. Levan­tarse es tarea difícil si lo intentas sola, pero alza tu mano con fe y tómate con fuerza y voluntad decidida del brazo de Dios; entonces, tendrás tiempo para sanar, desandar el camino torcido y encontrar de vuelta el camino que te lleva a la cruz y al perdón. No te desanimes. No anestesies tu alma.

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