Tan solo 16.972.500 euros
“La Ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan” (Hebreos 10:1).
En Hebreos 10, Pablo explica la limitación de los sacrificios de la Ley. Entonces, enfatiza que el sacrificio de Cristo fue hecho una sola vez y para siempre. Luego, señala la inferioridad de los corderos ofrecidos en el Santuario terrestre y la superioridad del Cordero celestial.
1. Mientras que el sacerdote tenía que ofrecer sacrificios continuamente, Jesucristo se ofreció una vez por todos. Y no fue ni será necesario otro sacrificio.
2. Mientras que el sacrificio de animales jamás consiguió el perdón de un pecado, el sacrificio de Cristo puede purificarnos para siempre.
El apóstol hace algunos llamamientos:
1. Acerquémonos al Trono de Dios con seguridad y con intrepidez.
2. Cooperemos con todos, tratando a las personas con bondad.
3. Aceptemos a Cristo como nuestro Sacerdote intercesor, pues se acerca el momento del Juicio de Dios.
4. Reconozcamos la fidelidad de Dios. Él fue, es y será fiel.
5. Mantengamos firme la fe, con paciencia y acción de gracias.
Las noticias periodísticas daban cuenta del estrago en vidas, salud y economías causados por el avance de la pandemia de la COVID-19. De pronto, una noticia diferente: un italiano de 93 años sale del hospital después de mejorar su situación de salud. Al saldar la cuenta, de 500 euros por el uso del respirador durante un día, se puso a llorar, lo que conmovió a los médicos, quienes le aseguraron que no estaba obligado a pagar, pues entendían su situación. La respuesta hizo llorar a todos: “No lloro por el dinero que tengo que pagar; puedo hacerlo. Lloro porque he estado respirando aire de Dios durante 93 años, y nunca pagué nada. Ni siquiera agradecí. ¿Sabes cuánto le debo a Dios?”
Si ese fue el costo de un día, en 93 años serían 16.972.500 euros. ¡Todo ese monto de dinero tan solo por el aire! ¿Cuánto más habría que añadir por el pan, el agua, los alimentos, la sonrisa y el bienestar de un hijo, la paz, el perdón, la fe, la esperanza, la salvación, y por la Eternidad? Nadie debe sentirse inferior, olvidado, rechazado. ¡Nada de eso!
Decididamente, es imposible pagar y no tendríamos cómo. Además, Jesús lo hizo por nosotros con su vida, su muerte, su intercesión y su plan de concedernos la Eternidad.
Vivamos hoy agradecidos, comprometidos y fieles.