Cuando los gigantes nos amenazan
«David le dijo al filisteo: “Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, ¡pero yo vengo contra ti en el nombre del SEÑOR Todopoderoso”». 1 Samuel 17:45-47, PDT
Nicolás era un próspero comerciante en su pueblo. Desde joven aprendió el valor del trabajo arduo y honesto, así que se repartía entre su ferretería, las labores agrícolas, el cuidado de su familia y el liderazgo en su iglesia local. Su vida transcurría de manera tranquila, aunque laboriosa. Un día, un inversionista le propuso un gran negocio: hacer el cultivo de arroz más grande de toda la región.
Todo se hizo de la manera planeada: araron y abonaron la tierra, fumigaron para matar las plagas, sembraron la semilla y decidieron esperar a que vinieran las lluvias en el tiempo previsto. Pero nadie se esperaba lo que ocurrió. El fenómeno atmosférico «El Niño» trajo una gran sequía y los cultivos de la zona murieron, dejando en la ruina a pequeños y grandes agricultores. Los socios y los proveedores de insumos exigieron respuestas, y fue así como este buen hombre quedó frente a frente con un gigante que parecía invencible.
En un abrir y cerrar de ojos los acreedores se quedaron con todo lo que tenía y por si fuera poco llegó incluso a recibir amenazas de muerte. Huyó con su familia a otra ciudad para salvar sus vidas, pero tomó la firme decisión de enfrentar a sus gigantes en el nombre del Señor.
Todos enfrentamos gigantes. Ellos aparecen cuando menos lo esperamos. El chico que amas te dice que encontró un nuevo amor y te abandona. La chica con quien hiciste planes para toda la vida te dice que la relación ya no funciona, que no eres tú, es ella. El médico lee los exámenes y luego te dice que a pesar de tu edad y vigor tienes cáncer o alguna otra enfermedad crónica. Recibes una llamada a medianoche para avisarte que hubo un accidente y entre los muertos está tu padre. Un familiar o amigo sale en la mañana de casa para no regresar jamás. El negocio familiar quiebra. ¿Qué hacer cuando enfrentamos un gigante «invencible»? David, el experto venciendo gigantes, dijo: «Yo voy a ti en el nombre del Señor». Eso hizo también Nicolás y venció a sus gigantes.
En el nuevo sitio estableció una iglesia, construyó un templo, educó a sus hijos en la universidad adventista y hoy está de nuevo al frente de sus negocios. ¿Tienes gigantes delante de ti? @Dios te anima hoy: «¡Enfréntalos en mi nombre!»