El primer presidente de los Estados Unidos
“Y el Señor le dio a Josué hijo de Nun esta orden: ‘Esfuérzate y sé valiente, porque tú conducirás a los israelitas al territorio que juré darles, y yo mismo estaré contigo’ ” (Deuteronomio 31:23, NVI).
George Washington era un hombre de verdad. Algunas personas piensan que no era muy diferente a ti o a mí; y que solo porque fue el primer presidente de los Estados Unidos, de alguna manera, ha sido inmortalizado y convertido en una leyenda. Pero, en realidad, fue una leyenda en su época, y aún hoy lo sigue siendo. Participó en las guerras indias y en la Guerra de la Independencia.
Cuando demostró ser un general capaz, se le pidió que fuera comandante del Ejército Continental, y ayudó a las colonias a independizarse de Inglaterra como los nuevos Estados Unidos de América.
Una vez terminada la guerra, algunos sugirieron que Washington estableciera una dictadura militar para ayudar al país a recuperarse. Pero él no quiso hacerlo y, una vez finalizado el Congreso Continental, se retiró a dirigir su finca de Mount Vernon, en Virginia.
Sin embargo, fue llamado varias veces más para trabajar en asuntos de la nación. Había que redactar la Constitución de los Estados Unidos y los dirigentes decidieron que también había que añadirle una Carta de Derechos. En estas dos convenciones, Washington volvió a mostrar una inusual capacidad de liderazgo, y algunos empezaron a sugerir que fuera elegido presidente del nuevo país.
El 4 de febrero de 1789, George Washington fue elegido por unanimidad como el primer presidente de los Estados Unidos, para su sorpresa. Pero tendría que haber adivinado que algo así podría ocurrir. Si el país buscaba un líder, Washington era, en muchos sentidos, la persona ideal para ocupar el puesto.
Como comandante en jefe durante la Guerra de la Independencia, había llevado a su inexperto y mal equipado Ejército Continental a la victoria sobre una de las superpotencias mundiales.
Washington ocupó el cargo de presidente durante dos mandatos y habría sido elegido para un tercero, pero lo rechazó; y finalmente, se retiró a su casa en Mount Vernon. Hoy su rostro está en los billetes, en edificios gubernamentales y en la piedra tallada del Monte Rushmore.
Seguimos preguntándonos qué fue lo que hizo de George Washington un hombre tan grande. La razón debe ser que fue un hombre humilde, utilizado por Dios, “el primero en la guerra, el primero en la paz y el primero en el corazón de sus compatriotas”.