Jesús defiende tus batallas
“Porque el Señor tu Dios está contigo; él peleará en favor tuyo” (Deuteronomio 20:4, NVI).
Carolina, una niña linda de diez años, estudiosa, alegre y amable con todos, que disfrutaba asistir al colegio, de repente comenzó a decir que no quería ir a clases, que prefería estar en casa. Sus padres observaron que sus notas comenzaron a bajar y que se veía triste y silenciosa. Carolina estaba sufriendo bullying de parte de unos compañeros de curso. No era capaz de contarle a nadie ya que ellos la amenazaban con que les harían daño a sus padres si ella los delataba.
Después de varios meses de agonía les contó todo a sus padres. Ellos la acogieron, apoyaron y defendieron. Finalmente, con las evidencias que tenía, sus profesores pudieron interceder por ella y disciplinar a los niños que tanto daño le ocasionaron. Con el tiempo, recobró la alegría y la motivación por el colegio.
Aunque esta historia tuvo un buen final, no siempre es así. En las noticias vemos niños que sufren como víctimas de bullying y, por ser incapaces de manejar su dolor, han llegado incluso al suicidio. Quizás has sido testigo de cómo están maltratando a un compañero tuyo en el colegio, o a tu hermano, tu primo o quizás a ti mismo.
El libro El Deseado de todas las gentes relata que Jesús fue criticado desde niño. “Durante su niñez, su juventud y su adultez, Jesús anduvo solo. En su pureza y fidelidad, pisó solo el lagar, y ninguno del pueblo estuvo con él” (DTG 71). Él sufrió soledad y discriminación de parte de muchas personas que siempre intentaron destruirlo, y con el tiempo, llegaron a matarlo.
¿Te has sentido rechazado por los que amas? ¿Has sentido oposición y maltrato de tus hermanos, tus amigos o compañeros de curso? Jesús conoce tu dolor y sabe el sufrimiento que ocasiona esto. Recuerda que, a pesar de lo que vivió, siempre fue bondadoso y sintió compasión por los que sufrían. Defendió a los que eran injustamente maltratados, consoló a los que lloraban. ¡Qué ejemplo más hermoso de amor y bondad mostró Jesús aún en las peores circunstancias!
Si te están haciendo daño, cuéntalo a tus padres y maestros. Pero recuerda lo más importante: Jesús tiene compasión de ti y te ama; no quiere verte sufrir. Cuéntale todo a él, pues él quiere ser tu defensor.
Nina