Domando tu lengua
“El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina” (Proverbios 13:3, NVI).
¿Has tenido el privilegio de subirte a un barco e ir a la cabina del capitán y ver cómo lo conduce? Hay barcos pequeños, medianos y grandes, y la dirección hacia donde avanzan es controlada por un timón. Este timón siempre es pequeño en proporción al tamaño del barco, pero es muy importante porque guía su destino. En el libro de Santiago, el capítulo tres, se enseña un mensaje poderoso acerca de domar la lengua. De hecho, se la compara al timón de un barco: “Fíjense también en los barcos. A pesar de ser tan grandes y de ser impulsados por fuertes vientos, se gobiernan por un pequeño timón a voluntad del piloto. Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas”.
Al hablar de responsabilidad debemos saber que somos responsables de lo que decimos a los demás. La Biblia dice: “Con nuestra lengua bendecimos a nuestro Dios y Padre y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios” (Sant. 3:9). Esto sucede porque muchas veces no pensamos antes de hablar, y así herimos a los demás.
¿Conoces el juego “teléfono descompuesto”? Quizá lo jugaste alguna vez con tus amigos. En este juego, la primera persona manda un mensaje (en voz baja al oído), pero al ir pasando el mensaje por todos los integrantes del juego, se va distorsionando y llega totalmente diferente al último integrante. Es un juego divertido y causa mucha risa; sin embargo, en la vida real no es gracioso. Muchas veces, al hablar sobre una persona se distorsionan los hechos: se exageran las cosas, se aumenta o se quita información real, y eso puede crear una historia totalmente diferente de lo que realmente sucedió. La víctima de esto sufre. Siente que no puede aclarar y contar lo que verdaderamente sucedió.
Lee los Proverbios y verás que están llenos de consejos acerca de la importancia de cuidar nuestras palabras, de pensar antes de abrir la boca, de no herir a los demás con ofensas, calumnias y chismes. Aprende a ser responsable de lo que dices y agradarás a Dios. Aprende a domar tu lengua.
Nina