Santidad por asociación
«Sean ustedes santos, pues yo, el Señor su Dios, soy santo». Levítico 19: 2
La santidad, cuando se refiere a Dios, expresa su grandeza, su justicia y su perfección. Es su carácter. Pero cuando esa palabra se aplica a cosas o a personas no se refiere a una santidad inherente en los objetos o los individuos, sino a una santidad derivada de Dios. Dado que «santo» significa «apartado», «separado», la santidad se mantiene única y exclusivamente mientras esa persona u objeto se mantenga relacionado con Dios. Es una santidad por asociación. Por ejemplo, el diezmo es santo porque le pertenece a Dios.
Él se había destacado en su colegio por ser una persona correcta en todo: buen estudiante, buen amigo, excelente ciudadano.
Todos sus compañeros admiraban su pulcritud al vestir, su generosidad e inusitada nobleza.
—Es un joven extraño —dijo el docente guía en una reunión del personal.
Pero el director de la institución no estaba tan convencido de lo que decían los maestros sobre este estudiante. Así que dijo:
—Tanta belleza no puede ser cierta en una época como la que estamos viviendo. Ya no se encuentran jóvenes como el que ustedes están describiendo.
El colegio estaba buscando un joven que reuniera las cualidades necesarias para proponerlo al concejo de la ciudad en las próximas elecciones. Los planes eran entusiastas y de largo alcance, pues ellos pensaban que podían elegir a uno de los pupilos, lanzar su candidatura y así forjar un político de carrera que más adelante pudiese aspirar a la alcaldía del municipio. Pero ninguno de ellos previó la respuesta del alumno cuando lo llevaron al consejo administrativo y le presentaron el plan y todos los beneficios que se derivaban de aceptar la propuesta:
—Es un honor para cualquier alumno que una prestigiosa institución como esta piense en él para un plan tan especial. Solo que ya Alguien pensó en mí antes y acepté su invitación. Soy cristiano adventista del séptimo día y he sido apartado por Dios para su servicio. Estudiaré Teología y seré un ministro del evangelio.
Frente a esta respuesta el rector opinó:
—Ya sabía yo que algo movía a este muchacho. Es un santo.
Evidentemente una persona es santa cuando es apartada para el servicio de Dios. Hoy @Dios te dice: «Tú eres santo/a porque eres mi hijo/a. Vive como lo que eres».