SpaghettiOs
“Son como niños pequeños que necesitan leche y no pueden comer alimento sólido. Pues el que se alimenta de leche sigue siendo bebé y no sabe cómo hacer lo correcto. El alimento sólido es para los que son maduros, los que a fuerza de práctica están capacitados paradistinguir entre lo bueno y lo malo” (Hebreos 5:12-14, NTV).
¿Cuáles son tus pastas favoritas? ¿Tallarines? ¿Lasaña? ¿Fettuccini alfredo? ¿Qué tal los SpaghettiOs? Estos son a los espaguetis lo que los vasitos son a los helados: hacen que sean más fáciles de manejar. En los Estados Unidos, esta es una de las marcas más reconocibles de cualquier producto alimenticio y nació el 16 de mayo de 1965. Ahora se encuentran en los estantes de las tiendas en diversas variedades, como albóndigas con SpaghettiOs, SpaghettiOs con agregado de calcio, ravioles SpaghettiOs y SpaghettiOs con salchichas.
El concepto de SpaghettiOs se originó en 1884 en Pozzuoli, Italia, en una familia que luego emigró a Brooklyn, Nueva York. Vendieron la receta original a un amigo de la familia que trabajaba como desarrollador de productos alimenticios en la Campbell Soup Company. Vendidos originalmente bajo la marca Franco-American, los pequeños anillos de pasta cocida en una salsa dulce de tomate y queso han llenado las estanterías de los supermercados durante más de cuarenta años. “¡Oh, oh, SpaghettiOs! –es la cancioncilla publicitaria que los hizo famosos–. ¡Los espaguetis redondos que se pueden comer con una cuchara! ¡Oh, oh! SpaghettiOs!”
Pero, por muy buenos que sean los SpaghettiOs, no son tan nutritivos como un simple sándwich de pan integral con lechuga, tomate y queso. Nos gustan los SpaghettiOs, y es práctico tener en casa un bocadillo que los niños puedan preparar y que sea medianamente saludable para ellos, pero los SpaghettiOs son probablemente solo eso: un bocadillo.
Las cosas espirituales son así. Pablo dijo que, cuando somos niños pequeños espiritualmente, es correcto que queramos beber la leche de la Palabra de Dios. Pero, a medida que crecemos, empezamos a desear los sándwiches más nutritivos de la Biblia, el verdadero alimento sólido que nos ayudará a pasar de ser niños a adultos espirituales. Pero ¿qué pasa si no queremos crecer? ¿Y si queremos seguir comiendo solo espaguetis espirituales? En ese caso, no podemos esperar sacar el máximo provecho de la vida convirtiéndonos en las personas que Dios quiere que seamos. Lo mismo ocurre en la iglesia.
Muchos disfrutan de los sermones blandos y livianos como un bocadillo que les dan sus pastores, y rechazan la comida nutritiva y sólida. ¿Por qué no pedirle a tu pastor que dé un alimento espiritual sólido? ¿Por qué no estudiar la Biblia por ti mismo? Después de todo, no quieres ser un niño pequeño para siempre.