Sábado 21 de Mayo de 2022 | Matutina para Menores | Sin peso extra

Sábado 21 de Mayo de 2022 | Matutina para Menores | Sin peso extra

Sin peso extra

“Despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (Hebreos 12:1).

Un 21 de mayo como hoy, pero en 1927, ocurrió algo insólito hasta el momento. Un piloto de avión, Charles Lindbergh, cruzó el Océano Atlántico solo, desde Nueva York hasta París, volando sin parar ¡33 horas y media!

Charles era un piloto de correo casi desconocido en la gran ciudad de Nueva York. Pero cuando escuchó que se ofrecía un premio de $25.000 al piloto que lograra la hazaña, él decidió intentar cruzar el océano. No sería fácil, ya algunos pilotos lo habían intentado, y habían pagado el intento con su propia vida. ¿Por qué Charles creía que podía lograrlo? Porque entendía que cada gramo de peso contaba y podía hacer la diferencia.

Así, Charles mandó a construir un avión especial, que tenía muy poco adentro, para asegurarse de que no hubiera peso extra que hiciera que se gastara más combustible. Además, empleó la táctica de usar un poco de combustible de un tanque y del otro, para que el avión estuviera balanceado y ahorrar combustible. Llevó en su viaje solo dos botellas de agua y cuatro sándwiches, para no tener peso extra. Cuando le ofrecieron pagarle $1.000 por llevar medio kilogramo de peso en cartas, él no aceptó. No podía arriesgarse. ¡Incluso sacó parte del equipo de vuelo del avión porque pesaba demasiado!

Cuando aterrizó cerca de París, el 21 de mayo, más de 100.000 personas lo esperaban. Lo llevaron en andas por la ciudad, como un héroe. Su vuelo despertó el interés por la aviación en todo el mundo, e hizo que la gente comprendiera mejor cuán útil podría ser volar de un lado al otro del mundo.

Este vuelo me hace pensar en mi vida. Tú y yo también estamos “volando” al cielo. A veces nos puede parecer tentador llevar cosas extra en nuestro avión, pero la verdad es que Dios ya nos indicó que las cosas que nos pueden parecer lindas, o tal vez necesarias, no lo son, y solo nos harán el viaje más difícil y peligroso. Quizá, incluso, algunas cosas extra pueden hacer que no lleguemos a destino. Joyas, ropa extravagante, amor a los lujos, escuchar música que sabemos que no nos edifica son todos ejemplos de “peso extra”. Así como Charles, piensa muy bien qué llevar en tu vuelo al cielo.

Finalmente, lo único que importará será tu carácter, puro, sencillo, santo, como el de Jesús. ¡Planifica tu vuelo para llegar a destino!

Cinthya

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