Tostadora automática
“Los israelitas quedaron perplejos al ver eso y se preguntaban unos a otros: ‘¿Qué es esto?’ […]. Entonces Moisés les dijo: ‘Este es el panque el Señor les da para comer’ ” (Éxodo 16:15, NTV).
En este día de 1919, se inventó la tostadora automática. Charles Strite, de Stillwater, Minnesota, Estados Unidos, la diseñó para que el pan pudiera calentarse y luego ser expulsado cuando se hubiera tostado correctamente. Un pequeño fuego en el interior de la tostadora hacía el truco en aquellos días, mientras que las tostadoras actuales utilizan pequeños cables eléctricos para calentar el pan. ¿Quién hubiera pensado que valdría la pena inventar una pequeña máquina que sostuviera un trozo de pan y lo dorara por ambos lados, y luego expulsara las rebanadas en el momento justo?
En nuestras casas, tenemos todo tipo de máquinas diseñadas para hacer pequeñas cosas que nos da pereza hacer nosotros mismos o que, simplemente, queremos hacer más rápido, como la trituradora manual de hielo, el abrelatas eléctrico, la procesadora de alimentos, la sandwichera eléctrica y el horno de microondas. Y ¿de dónde salió exactamente la idea de las Pop-Tarts, esas galletas dulces semitostadas, rellenas y glaseadas? De una tostadora, por supuesto. Fueron diseñadas para que cupieran en una tostadora que inventamos porque no queríamos tomarnos el tiempo de utilizar un horno como hicieron nuestros antepasados por miles de años. Tarde o temprano, alguien inventará una máquina que coloque las Pop-Tarts en la tostadora por nosotros.
Cuando las masas israelitas salieron a toda prisa de Egipto y empezaron a vagar por el desierto, les dio hambre y pidieron a Dios que les diera comida. Él inventó algo para ellos, algo totalmente nuevo para los terrícolas. La Biblia no lo menciona ni antes ni después de la travesía por el desierto. Lejos de la comida normal que había que preparar y cocinar, era comida instantánea y lista para comer. Cuando se la llevaron a la boca, no era parecido a nada que hubieran probado antes, por lo que lo llamaron maná. En su idioma hebreo, “maná” significa en realidad “¿qué es?” ¡Eso es lo que se llama un gran desayuno! Encajaría perfectamente en nuestra cultura actual, junto con las licuadoras, las tostadoras y las Pop-Tarts.
A veces, esperamos que Dios sea una fuente de satisfacción instantánea, preenvasada y del tamaño de un bocado. Esperamos impacientemente que nos dé lo que queremos y que arregle todos nuestros problemas cuando nosotros queremos. Pero, Dios no es un atajo sobrenatural listo para comer según nuestra conveniencia. Se tomó su tiempo para crearnos, y tenemos que aprender a confiar en él.