La fuerza de voluntad: el principio del éxito
“Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio” (2 Tim. 1:7).
La fuerza de voluntad es el impulso que nos mueve hacia un objetivo. Quien la desarrolla, persevera, se esfuerza, invierte tiempo y dedicación en la prosecución de sus metas; y las alcanza.
La nadadora mexicana Mariel Hawley cruzó el canal de la Mancha en las condiciones más adversas. La competencia requería que los participantes nadaran con un traje de baño convencional, desafiando las bajas temperaturas, los fuertes vientos y la marea. Hizo el recorrido de 33 kilómetros con un promedio de 67 brazadas por minuto. Esta increíble hazaña fue con un objetivo: recaudar fondos para que niños mexicanos con labio y paladar hendido tuvieran acceso a una cirugía. Indudablemente, necesitó sobreponerse al cansancio, al frío, a la deshidratación y, por momentos, al desánimo.
En una sociedad donde muchos buscan hacer las cosas fáciles y rápidas, la fuerza de voluntad parece una virtud perdida y poco apreciada. Muchos inician un proyecto y, al poco tiempo, lo abandonan, arguyendo que las condiciones no se dieron. ¿Sabes qué? Cuando las condiciones no se dan, hay que crearlas. Así lo hizo Josué cuando fue llamado por Dios para llevar a su pueblo a la Canaán terrenal; fue la fuerza de voluntad lo que impulsó a Ester a presentarse ante el rey Asuero, bajo el lema: “Y si me matan, que me maten” (Est. 4:16); el joven pastor de Israel, David, se sentó en el trono después de pasar un sinfín de penurias. Fueron todos ellos jóvenes exitosos, que supieron reconocer que Dios era la fuente de su fortaleza y su voluntad.
Es tiempo de matar a los gigantes que obstruyen tu camino al éxito. Dios te hizo para cosas grandes, que lograrás con trabajo y en el nombre de Jesucristo. La pereza y el miedo a las dificultades son lastres que detienen tu ascenso a la “galería” de heroínas de la fe. Las palabras dichas a Josué son también para ti:
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas” (Jos. 1:9, RVR 95).
Estudiar una carrera, emprender un negocio, desarrollar un talento, es posible para aquellas que, con voluntad fortalecida en el nombre de Cristo, van hacia adelante y no se quedan varadas en la indecisión.