La palabra más importante
“Pero el dar gracias es un sacrificio que verdaderamente me honra; si permanecen en mi camino, les daré a conocer la salvación de Dios” (Sal. 50:23, NTV).
Viajar es uno de los métodos más interesantes para aprender. Cada persona nueva que conoces es como un libro abierto. Cada comida, aroma o tradición diferente es una lección de tolerancia y respeto. He tenido la bendición de recorrer varios países y conocer personas diferentes. Viajando, aprendí cuán importante es saber decir al menos tres palabras en la lengua nativa del país que visitas. Saber decir “Sí” y “No” es casi tan necesario como tener un pasaporte. Sin embargo, es la tercera palabra la que termino usando más, y la que mayor satisfacción me da.
Sorpresa y alegría destellan en los ojos de los oriundos cuando la digo, aunque no la pronuncie muy bien. En finlandés, se dice kiitos. En tamil, una de las lenguas que se hablan en la India y en Sri Lanka, se dice nandri. Los árabes, en cambio, dicen shukran para expresar el mismo sentimiento: gratitud.
Viaje tras viaje, he comprobado cómo el dar las gracias en la lengua nativa hace que las barreras de prejuicios culturales se desmoronen. Pero ¿cómo puede una palabra tan pequeña lograr esto? Estudios recientes sobre la gratitud demuestran que cultivar un espíritu agradecido es un factor sumamente importante para la salud física y espiritual. Dar las gracias no es un acto insignificante. Es un poderoso acto de rebelión en contra del espíritu de egoísmo e individualismo capitalista reinante. Al agradecer, nos reconectamos con los demás y con Dios.
¿Practicas el arte de la gratitud? ¿Cuántas bendiciones puedes enumerar? Meses atrás me propuse escribir una lista de más de treinta bendiciones. Pensé que me llevaría solo unos minutos escribirla. Aunque demoré un par de días en completarla, la experiencia fue bellísima. Algunas de las bendiciones que enumeré son: saber leer y escribir; tener una buena familia (y tener hermanas); el chocolate amargo; los mangos y las paltas; el olor de un libro viejo, del pan recién horneado y de la tierra mojada… ¿Cuáles son las bendiciones que Dios te da hoy? La gratitud fortalece el sistema inmunológico del alma, nos protege contra la envidia y la soberbia. Súmate a la revolución de la gratitud. Toma un momento para enumerar tus bendiciones, para agradecer a Dios y a las personas que él puso en tu vida.
Señor, te agradezco por… (Toma un momento para enumerar todas las bendiciones que puedas recordar).
Amén, gracias por todo lo que me has concedido