Dale una oportunidad
«Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes». 1 Pedro 5: 7
Sonó el teléfono en mi oficina. Era la recepcionista, me dijo que recibió una llamada de una dama que necesitaba hablar con alguien que pudiera ayudarla, pues estaba pasando un momento difícil en su vida. La recepcionista me pidió atenderla, pues la notó muy desesperada. Era gerente de una importante empresa en la ciudad. Fue al punto:
—Tengo un frasco de veneno abierto en mis manos porque siento que la única posibilidad que me queda es morirme. Necesito ayuda urgente, mi empresa quebró, y eso me hace sentir fracasada. Mañana tengo una entrevista con la persona que más recursos había invertido en nuestra compañía; realmente me siento avergonzada y no sé cómo enfrentarlo. Me va a pisotear y me va a restregar en la cara mi derrota. ¿Cómo me pueden ayudar?
Le pregunté si tenía una Biblia a la mano y me dijo que no. Le pedí buscar un pedazo de papel y un lapicero. Le dicté un pasaje de la Escritura: 1 Pedro 5: 6 y 7: «Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los enaltezca a su debido tiempo. Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes». Después de escribir el pasaje, le pedí que lo leyera varias veces hasta entender algo. Me preguntó cómo podía humillarse bajo la poderosa mano de Dios. Le expliqué que lo único que tenía que hacer era reconocer delante de Dios que, a pesar de su experiencia, que a pesar de haber estudiado mucho, había fracasado y no había sido capaz de sacar esa empresa adelante. Agregué:
—Dile a Dios que no puedes sola y que necesitas su ayuda para enfrentar a cada uno de los acreedores. Invítalo a tu vida, ábrele tu corazón. Llámame mañana, después de la entrevista para que me cuentes cómo te fue y para prepararnos para el siguiente día.
Me llamó en la tarde, estaba llorando de manera descontrolada. Cuando se calmó, me dijo que aquel hombre implacable se había portado como un caballero, que fue conciliador y que le había ofrecido una nueva inversión para capitalizar y recuperar la empresa.
¿No es Dios maravilloso? Cuando le damos una oportunidad, él nos muestra su poder en nuestra vida. Hoy @Dios te dice: «Búscame incluso si sientes que no tienes salida. Entrégame todas tus preocupaciones y verás que yo me intereso en ti».
