La gula
“Y pon cuchillo a tu garganta, si eres hombre de mucho apetito” (Proverbios 23:2).
Se podrían decir muchas cosas del tiburón, pero ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? Por las películas o documentales, quizá pienses que los tiburones son criaturas con gran pasión por comerse todo lo que encuentren, en especial seres humanos. ¿Qué tan cierto será?
El tiburón es un gran depredador de la vida marina. Puede llegar a medir 15 metros, es muy rápido, tiene un increíble olfato con el que detecta una simple gota de sangre a kilómetros, tiene una vista aguda que le permite ver de noche, su boca llena puede llegar a medir hasta 2 metros, pero su dieta es a base de animales marinos, no de seres humanos.
Quizá te preguntes: “¿Por qué comen humanos?” Y la respuesta es: NO comen seres humanos. El hombre no es parte de su alimentación. Sin embargo, su naturaleza depredadora y agresiva los vuelve peligrosos para el hombre. Cuando los tiburones atacan a los humanos, se dan cuenta de que no es su alimento habitual y los dejan libres. Aunque en su mayoría de los casos provocan heridas mortales, no se los comen.
El tiburón es un ejemplo de que la gula (el apetito excesivo de comer y beber) no debe ser una opción de vida. Existen personas que no solo comen, sino tragan todo lo que encuentran; pero a diferencia de los tiburones, ¡estos sí se comen todo! Son insaciables, no tienen medida, comen todo el día, pican por aquí, pican por allá, sin horarios, sin control. ¿Conoces a alguien así? El versículo de hoy es muy claro: si tienes un gran apetito debes poner cuchillo a tu garganta. No literalmente… Lo que quiere decir el versículo es que debes ser temperante, y no hacer lo que no fuiste creado para hacer. En otras palabras, ejercer el autocontrol.
Así como el tiburón no come personas, tú no debes comer lo que tu cuerpo no necesita. Además, tus comidas deben ser a horas regulares y no debes comer nada más hasta la siguiente comida. La próxima vez que intentes darle una mordida de más a cualquier cosa por gula, recuerda que la naturaleza tiene lecciones que son dignas de ser imitadas.
Si logras controlar tu apetito, también tendrás éxito en todas las dimensiones y deberes de tu vida, porque una persona inteligente y fuerte es una persona que puede, con la ayuda de Dios, dominarse a sí misma.
Magaly