Mil formas de proveer
«¿Quién prepara para el cuervo su alimento, cuando sus crías claman a Dios, y vagan sin comida?». Job 38: 41, BA
Este pasaje nos dice que Dios suple las necesidades de todas sus criaturas. Si Dios satisface las necesidades primarias de los críos de un cuervo, ¿cuánto más las del ser humano, que es la corona de su creación? Mucho antes de que comencemos a preocuparnos por algo, ya Dios, quien conoce de antemano todo lo que afecta la vida de sus hijos, hace provisión.
Mientras escribo estas líneas, mi país vecino está pasando por el momento más difícil de su existencia: un desabastecimiento total, y por lo tanto, hambre, falta de medicinas, inestabilidad política; y en todos los sentidos, inseguridad creciente, violencia y represión. Como resultado, miles de personas han cruzado la frontera hacia mi país, a un ritmo que a veces llega a 25,000 personas diarias.
En medio de esta triste situación, la universidad adventista de ese país lucha para poder seguir adelante con su tarea de educar. Debido a la difícil situación económica, los edificios se deterioraron por falta de mantenimiento, especialmente uno de los dormitorios. Arreglarlo costaba más de cuarenta mil dólares. Pero por la crisis era imposible hacerlo. Los dirigentes encargados de aquella institución estaban orando para que Dios obrara un milagro.
En una reunión de dirigentes de la iglesia se presentó el caso de aquella universidad, y todos los presentes coincidieron en que era necesario darle la mano en un momento tan difícil como el que estaban atravesando. Todas las instituciones de la iglesia que estaban presentes en aquella reunión recibieron la invitación de contribuir con un aporte voluntario para reunir lo que necesitaba nuestra universidad hermana a fin de reparar el dormitorio. En cuestión de veinte minutos estaba decidido. Hicieron subir a los que dirigían la institución a la plataforma, y entonces leyeron la cifra recolectada: un poco más de 150,000 dólares, ¡casi cuatro veces la cantidad que necesitaban!
Apreciado joven, hoy más que nunca son ciertas las palabras que @Dios inspiró a Elena G. de White a escribir: «Para proveernos lo necesario, nuestro Padre celestial tiene mil maneras de las cuales nada sabemos» (El colportor evangélico, p. 117). Hoy te invito a confiar en que Dios suplirá para cada una de tus necesidades.