El “secreto” del apóstol Pablo
“He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez” (Filipenses 4:12, NVI).
Me gusta la forma en que la Nueva Versión Internacional, en inglés, traduce la primera parte de nuestro texto de hoy. Dice: “He aprendido el secreto para estar satisfecho en cualquier situación”. ¿Cuál era ese “secreto” del apóstol Pablo?
Demos primero una mirada al contexto de su declaración. Pablo está expresando su gratitud a los filipenses porque ellos una vez más se han interesado en suplir sus necesidades físicas. Ya habían manifestado ese interés cuando el apóstol estuvo en Corinto (Fil. 4:15) y, luego, por intermedio de Epafrodito, en Roma (vers. 18). Pero, aunque está en la cárcel, y seguramente tiene muchas necesidades, el apóstol no quiere aprovecharse de su situación para abusar de la bondad de los filipenses. Por eso les dice: “He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias” (Fil. 4:12, NVI).
¿Cómo puede hablar de “estar satisfecho” un anciano que se encuentra recluido en una cárcel romana? La respuesta parece estar en 2 Corintios 12:9, donde el apóstol refiere la ocasión en la que oró tres veces para que Dios lo librara de una severa prueba (“el aguijón en la carne”, 2 Cor. 12:7). Como respuesta, el Señor le dijo: “Bástate mi gracia”, o “Mi gracia es suficiente”. Aquí, Pablo usa un término que significa “ser suficiente, poseer suficiente fuerza”.
¡Ese era el secreto del apóstol! Su suficiencia provenía de la gracia de Dios. En medio de sus circunstancias más difíciles, el apóstol aprendió la mayor de las lecciones: que la gracia de Dios es completamente suficiente para fortalecernos en cualquier situación; y que cuanto mayor es la prueba, inmensamente mayor es el poder que Dios despliega para socorrernos, pues su poder “se perfecciona en la debilidad” (vers. 9). ¡Con razón dijo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”! Un detalle más. En la promesa “Mi poder se perfecciona en la debilidad”, el tiempo verbal en griego denota acción continua, lo cual indica que el poder divino del cual está hablando el apóstol no es algo que Dios nos concede ocasionalmente (Rick Renner, Sparkling Gems from the Greek, p. 856). ¡No! La poderosa gracia de Dios está a nuestra disposición cada vez que, en nuestra debilidad, pedimos ayuda Dios en el bendito nombre de Jesucristo.
¿No es esto maravilloso?
Padre celestial, que tu gracia sea suficiente para sostenerme hoy, y todos los días, hasta el final de mi carrera.