«Nada me falta»
«El Señor es mi pastor, nada me falta». Salmo 23: 1
El Salmo 23 es la pieza bíblica que muestra por excelencia las bondades del Señor. Durante los próximos días vamos a analizar cada una de las frases que componen este Salmo. En primer lugar, se destaca la expresión mi pastor, que denota total posesión. El señor es mi pastor, es mío, me pertenece como si no hubiese una persona más sobre la Tierra. Pero es así para todo el que lo acepte como su pastor. Es una relación íntima, muy personal e individual para todo el que decida entregarse al Señor. Por otro lado, dado que el pastor es el Señor, el Dios creador de todo el universo, el dueño de todo, el resultado lógico es que nada me falta.
Probablemente, cuando piensas en esta frase, «nada me falta», piensas en dinero, en comida o en ropa. Pero muy a menudo lo que nos falta no es material, sino emocional, mental o espiritual. Por eso no me sorprende que hoy en día los profesionales más solicitados sean los psicólogos y los psiquiatras. Estamos viviendo una pandemia de enfermedades mentales, de soledad y de ataques de ansiedad. Los consultorios están repletos, y lograr una cita con alguien que nos escuche y nos ofrezca soluciones no es tarea fácil. El principal problema que tienen que combatir los profesionales de la salud mental de hoy en día es el neuroticismo, o sea, el arte que tienen muchos de amargarse la vida mediante la tortura mental. Cuando un ser humano se deja atrapar por la depresión, la ansiedad y la obsesión, pierde la facultad de vivir una vida plena.
El principal síntoma del neuroticismo es el miedo. El miedo a lo que viene o no vendrá mañana.
¡Qué triste situación están viviendo muchos seres humanos en este mundo! Solo se puede descansar tranquilo cuando se tiene la seguridad de que hay provisión para mañana. David, en el Salmo 23 presenta la cura para la ansiedad y el neuroticismo: ¡Dios es nuestro pastor! Por lo tanto, con Dios, incluso las situaciones más precarias pueden ser superadas. Hoy, @Dios te dice: «Si me permites ser tu pastor, nada te faltará.
Aunque atravieses penurias, yo estaré contigo en todo momento. Confía en mí». ¡Qué Dios tan maravilloso tenemos!