Muere Houdini
“Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos nada saben” (Eclesiastés 9:5, RVR 95).
Harry Houdini fue uno de los escapistas más famosos de todos los tiempos. Muchas de sus acrobacias nunca han sido duplicadas con éxito. Se lo conoce especialmente por su habilidad para escapar de cualquier cadena con cerrojo o esposas que le pudieran poner. A medida que se hacía famoso, realizaba actos más peligrosos y dramáticos para atraer a las multitudes. Uno de sus sorprendentes trucos era escapar luego de ser atado y colocado dentro de un cofre de hierro cerrado que era arrojado al agua. Una hazaña fue zafar de una camisa de fuerza mientras colgaba de un rascacielos. Y a menudo asombraba a las todos escapando luego de haber sido enterrado dos metros bajo tierra, a veces sin ataúd.
Pero, el mayor atractivo parecía ser su capacidad para jugar con el miedo y la ansiedad del público. Esto era más obvio en las acrobacias que realizaba, como su huida de una lata de leche gigante llena de agua, que sucedía detrás de una cortina cerrada. Una vez que estaba encadenado dentro de una lata de leche llena de agua, Houdini escapaba rápidamente y luego se sentaba en una silla a leer un libro durante varios minutos más allá del límite de tiempo que el público sabía que era seguro. Cuando la multitud estaba a punto de desmayarse por temor por su bienestar, finalmente salía, todavía empapado de agua y “jadeando” por aire. Houdini dependía de su fuerza, su agilidad y su concentración. No creía en la “verdadera” magia; y denunciaba a quienes decían tener poderes sobrenaturales cuando, en realidad, realizaban trucos. Y aunque esto lo llevaba a estar en contra de los médiums, había ciertos aspectos del espiritismo que le interesaban, al punto de que hizo un pacto con su esposa y sus amigos: el primero en morir intentaría comunicarse con el mundo de la realidad desde el mundo de los espíritus.
El 31 de octubre de 1926, el gran mago Harry Houdini murió. Algunos dicen que su muerte se debió a un accidente que ocurrió cuando un universitario intentaba probar la fuerza física de Houdini. Otros dicen que se debió a un accidente mientras practicaba uno de sus trucos como escapista. Lo cierto es que, por años, su mujer esperó un mensaje suyo, como habían acordado, pero nunca llegó. Y eso no es ninguna sorpresa, por supuesto. Harry Houdini estaba muerto. No podía comunicarse con los vivos porque, como dice la Biblia, los muertos no saben nada. Lo más triste de todo es que, esa vez, Houdini no pudo escapar de su ataúd, ni del sueño de la muerte.
Sin el don de la vida de Dios, era impotente. Pero Jesús nos ha prometido que no es debemos tenerle miedo a la muerte. Cuando Jesús venga de nuevo, podremos escapar de este mundo de pecado y nunca más tendremos que preocuparnos por estar enfermos o morir. No puedo esperar.