Se inventa el Monopoly
“Jehová dio y Jehová quitó: ¡Bendito sea elnombre de Jehová!” (Job 1:21, RVR 95).
¿Cuál es tu juego familiar favorito? ¿El Uno? ¿El Pictionary? ¿El TEG? ¿El Juego de la Vida? ¿El Monopoly? Si has respondido “Monopoly”, estás en buena compañía. Más de 500 millones de aficionados en todo el mundo han comprando el juego de mesa de los Hermanos Parker. Durante la Gran Depresión, un empresario llamado Clarence Darrow buscaba una forma de ganar dinero, dinero de verdad, no el que se encuentra en el juego. Y para ellos, inventó el Monopoly y, el 5 de noviembre de 1935, fue comercializado por primera vez por Parker Brothers. Hoy en día sigue siendo un clásico que se transmite de generación en generación, lo que lo convierte en el juego más popular del mundo.
El juego del Monopoly está diseñado en torno a la idea de poseer bienes inmuebles y cobrar a otros jugadores un alquiler por pasar por tu propiedad. Se pueden construir casas u hoteles en la mayoría de los terrenos, con lo que el alquiler que se cobra es aun mayor. La propiedad de color púrpura en el lado del comienzo del tablero es la más barata para comprar, y es la que menos renta cobra. Las propiedades de color naranja y rojo, cerca del “estacionamiento gratuito”, tienen un valor y un precio de alquiler medios. El último grupo de propiedades, cerca de la línea de la meta, son de color azul oscuro y están reservadas exclusivamente para los Rockefeller de entre nosotros. Sus títulos, Park Place y Boardwalk, nos recuerdan su importancia en el juego. Los ferrocarriles y las empresas de servicios públicos pueden comprarse a precios modestos, y hay otras multas o bonificaciones que te llegan cuando pasas por espacios específicos de Suerte y Community Chest.
El juego del Monopoly se parece un poco a la vida cotidiana, pero no mucho. En el Monopoly, te dan dinero para empezar el juego: 1.500 dólares. Puede que pienses que 1.500 dólares no es mucho dinero, pero recuerda que el juego se inventó en 1935. Si Parker Brothers diseñara el juego hoy, tendría que dar a los jugadores unos 30.000 dólares. Eso es mucho dinero. Pero, nadie te va a dar 30.000 dólares para empezar en la vida, ni siquiera tus padres. ¿Entiendes lo que quiero decir? El Monopoly es un juego divertido, pero no es muy realista. La vida puede ser muy injusta, y nada que valga la pena es gratis. Pero, no olvidemos que las mejores cosas de la vida vienen de Dios.
A veces, él nos bendice porque esas bendiciones son buenas para nosotros. Otras veces, nos quita mucho de lo que creemos que es importante. Sin embargo, lo que siempre estará disponible es el regalo más importante que él puede dar: la vida eterna, y ¡siempre será gratis! Eso es algo que Clarence Darrow nunca incluyó en su Monopoly.