¡Él es grande de verdad!
“Dios tiene su trono sobre la bóveda que cubre la tierra, y ve a los hombres como si fueran saltamontes. Él extiende el cielo como un toldo, lo despliega como una tienda de campaña” (Isaías 40:22).
Las langostas son pequeñas y caben en la palma de tu mano. Aun así, pueden saltar unos 25 centímetros de altura y hasta un metro de distancia. Teniendo en cuenta la relación de tamaños, si pudiéramos saltar tanto como ellas, saltaríamos más que un campo de fútbol. Incluso con tanta potencia para saltar, continúan siendo pequeñas e indefensas. En tu mano, su vida está sujeta a ti y a tu voluntad.
El versículo de hoy nos compara con las langostas. El mensaje es que somos muy pequeños ante la grandeza de Dios.
¿Cuáles son tus preocupaciones y problemas? ¡Estos son problemas de langostas! Colócalos en la palma de la mano de Dios, que es grande y tiene una visión más amplia que cualquiera de nosotros. Él puede ayudarte a encontrar una solución, porque ve tus preocupaciones y tus problemas desde un ángulo mejor, desde arriba, “sobre la cúpula de la Tierra” (LPD).
Jesús confirma el amor y la grandeza de Dios: “Lo que el Padre me ha dado [las ovejas, que somos nosotros], es más grande que todo, y nadie se lo puede quitar” (Juan 10:29). ¡Nadie puede arrebatarnos de la mano de Dios! ¡Qué maravilloso es tener esta protección, este amor y este poder, que vienen de Alguien mucho más grande y mejor que nosotros!
Mi Dios es mayor que mis problemas
