Eliezer
“El siervo se arrodilló y adoró al Señor, diciendo: ‘¡Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, pues ha sido fiel y bondadoso con mi amo, y me ha dirigido en el camino a la casa de sus parientes!’ ” (Génesis 24:26, 27).
Si quieres saber lo que significa ser un excelente mayordomo, presta atención a la vida de este hombre: Eliezer. Gran parte del éxito en la casa de Abraham fue gracias a este personaje. Recordarás que Abraham tenía 318 siervos; pero Eliezer era especial, pues era el “mayor” de todos. De ahí viene la palabra “mayordomo”. El patriarca confiaba tanto en él que le dio la misión más importante: buscar a su nuera.
Eliezer demostró su fidelidad cuando se comprometió a cumplir con la tarea (vers. 9). Era una persona que oraba; oró antes de encontrar a Rebeca y volvió a orar con una actitud de adoración y gratitud porque el Señor contestó su oración (vers. 26, 27). Su prioridad era cumplir la misión, aun antes de comer (vers. 33). Como mayordomo, sabía que era un administrador, y no el dueño de toda la riqueza que llevaba, y se identificó como tal (vers. 34). Fue claro al explicar por qué había ido a ese lugar (vers. 49). Volvió a orar cuando su propuesta fue bien recibida (vers. 52). Una vez cumplida su tarea, no quiso perder ni un día más, y decidió regresar de inmediato (vers. 56). Por último, informó a Isaac con detalles de toda la aventura (vers. 66).
Así como Eliezer, tú también tienes el privilegio de administrar las bendiciones que Dios te dio. Tus habilidades son regalos divinos, debes cuidarlos y usarlos para honrar y glorificar a Dios. Puedes usar tu inteligencia, tu salud, tu fuerza y tus destrezas para hacer el bien. Un día, Dios te preguntará: “¿Qué hiciste con las bendiciones y las oportunidades que te di? ¿Las aprovechaste o las malgastaste?”.
Ojalá que, como Eliezer, cumplas fielmente la tarea que te dio a ti.
