Verdaderos campeones
“De la misma manera, el deportista no puede recibir el premio, si no lucha de acuerdo con las reglas” (2 Timoteo 2:5).
Las reglas son fundamentales para el buen funcionamiento de la vida. Sin ellas, todo está desorganizado y confuso. Existen reglas para garantizar el orden y la justicia. En la vida en sociedad, son necesarias para que se respeten los derechos. La conocida frase “Tus derechos terminan donde comienzan los míos” solo puede ser realidad si se toman en serio los deberes de todos.
En los deportes es similar. Cada disciplina tiene reglas específicas. Todos los atletas quieren la victoria, pero solo pueden obtenerla si respetan las leyes del juego. Por ejemplo, el uso de algunas sustancias para mejorar el rendimiento del cuerpo en las competiciones se denomina dopaje, y se considera un “delito” deportivo. Algunos deportistas muy famosos, como el exciclista Lance Armstrong y la velocista Nesta Carter, perdieron sus medallas porque, lamentablemente, utilizaron sustancias prohibidas y no respetaron las reglas.
Vamos rumbo al cielo; no sirve de nada tomar atajos o querer engañar a Jesús, el gran Entrenador y Juez. Dejó en claro desde el principio que solo serán coronados aquellos que compitan según las reglas. Por nuestra cuenta, no podemos obedecer a Dios.
Pero no olvides que la gracia y el poder del Espíritu Santo nos dan la fuerza para seguir las reglas del Cielo, así que, sigue las órdenes del Reino de Dios y, con la ayuda de Jesús, serás un campeón (Apoc. 2:10).