“Volveré a abrir un camino en el desierto”
“Fíjense en que yo hago algo nuevo, que pronto saldrá a la luz. ¿Acaso no lo saben? Volveré a abrir un camino en el desierto, y haré que corran ríos en el páramo” (Isaías 43:19, RVC).
Marian Rojas Estapé, la prestigiosa psiquiatra española, ha sugerido que amar los recuerdos puede resultar una agradable fuente de felicidad. Por supuesto, estamos hablando de los buenos recuerdos, esos que nos hacen revivir los acontecimientos más importantes de nuestra vida. ¿Por qué recordar esos momentos nos hace felices? Citando al ganador del Nobel de Medicina Susumu Tonegawa, la doctora Rojas afirma “que cuando una persona recuerda algo con intensidad, el recuerdo de esa imagen, que es placentera, activa los mismos mecanismos en el cerebro que cuando esto sucedía en la realidad”. Y luego agrega: “El traer a la mente imágenes placenteras, recuerdos de personas donde había amor, donde te sentías querido, donde te sentías agradecido, de repente produce efectos bioquímicos en el propio organismo”.⁵⁸
De ahí que resulta indispensable que fortalezcamos nuestro presente rememorando lo bueno que hemos vivido en el pasado. El salmista ya había expresado las ventajas de recordar los buenos momentos al decir: “Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros de antaño” (Sal. 77:11, NVI). “¡Recuerden sus grandes maravillas, sus hechos prodigiosos y sus sabias sentencias!” (Sal. 105:5, RVC).
En un mundo en el que el presente parece no tener sentido, recordar lo que el Señor ha hecho en el pasado nos dará las fuerzas que requerimos para seguir de pie. ¿Cuándo fue la última vez que repasamos y nos deleitamos en las obras que nuestro Creador ha realizado por nosotros? El problema espiritual de muchos radica en “que se olvidaron de sus obras [las de Dios], y de sus maravillas que les había mostrado” (Sal. 78:11).
Elena de White nos recuerda: “No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada” (Recibiréis poder, p. 231).
Recordar lo que Dios ha hecho nos ayudará a creer que él cumplirá su promesa: “Fíjense en que yo hago algo nuevo, que pronto saldrá a la luz. ¿Acaso no lo saben? Volveré a abrir un camino en el desierto, y haré que corran ríos en el páramo” (Isa. 43:19, RVC).
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