Un verdadero amigo
“No tengas miedo –le dijo–, que mi padre no podrá atraparte. Tú vas a ser el rey de Israel, y yo seré tu segundo. Esto, hasta mi padre lo sabe”. 1 Samuel 23:17, NVI.
Jonatán, heredero al trono, amaba a David, y lo visitó en uno de los momentos más oscuros de su vida. Tan fortalecido e inspirado se sintió David con esta última visita de su amigo, que escribió el Salmo 11. Sé una inspiración para tus amigos cuando están en momentos difíciles.
Un verdadero amigo como Jonatán reconoce las virtudes ajenas, acepta y valora que hay gente con más cualidades que él; es humilde y sabio para entender cuándo hay que ceder el turno; acepta los planes divinos, aunque parezcan ir en contra de su propia seguridad. Jonatán reconoció el coraje de David tanto como su ungimiento. ¿Alguien recibió un nombramiento o fue promovido a la posición que creías que te correspondía a ti? ¿Algún familiar recibió tu herencia? ¿Trabajaste duro en un departamento de la iglesia y la junta dio el liderazgo a otro? Refleja el carácter y la personalidad de Jonatán y reconoce las virtudes ajenas.
David recibía más honores y elogios que su amigo, el príncipe Jonatán. Este se pudo haber unido al odio de su padre, pero escogió el camino del amor. Animó a que conquistara el trono a quien podría ser su rival. Convirtió a un potencial rival en su mejor amigo. “Jonatán, que por nacimiento era heredero del trono, sabía que había sido privado de él por decreto divino; sin embargo, fue el más tierno y fiel amigo de David, su rival, y lo protegió a riesgo de su vida; fue fiel a su padre durante los días sombríos de la decadencia de su poder y cayó, al fin, a su lado. El nombre de Jonatán está atesorado en el cielo, y en la tierra es un testigo de la existencia y el poder del amor abnegado” (Ed, pp. 157). David y Jonatán se vieron por última vez, y se motivaron a seguir siendo fieles a Dios. Confianza mutua y cercanía son las características de la verdadera amistad.
“Si quieren tener amplitud de miras, pensamientos y aspiraciones nobles, elijan amistades que fortalezcan los principios rectos. Que el pensamiento y el propósito de cada acto fortalezca la seguridad de la vida futura con eterna felicidad” (HHD, p. 164).
Cultiva las cualidades de una buena amiga.