Escondite descubierto
“Porque veo todas sus acciones; ninguna queda oculta para mí, ni sus pecados pueden esconderse de mi vista” (Jeremías 16:17).
El respeto y la obediencia son asuntos muy serios en la familia de Raquel, pero un día ella se enojó y, en un momento de locura, le dijo algo grosero a su madre. El padre estaba en la habitación contigua y escuchó cada palabra. Cuando se percató de su paso en falso y notó que su padre venía hacia ella, Raquel corrió. Rápidamente, entró en la habitación y trató de esconderse. ¡Estaba segura de que no la encontrarían! Sin embargo, en cuestión de segundos, se descubrió su perfecto escondite.
La mirada de su padre tenía un aire de seriedad. Durante unos minutos, le habló de la importancia de honrar a los padres y le ordenó que pidiera perdón. Al buscar a su madre, Raquel notó la expresión de decepción. Eso fue peor que cualquier castigo. La chica comprendió la gravedad de lo que había hecho.
¿Alguna vez has intentado esconderte de tus padres después de haber hecho algo mal? No deberías, aunque es posible hacerlo. ¿Alguna vez has tratado de esconderte del Padre celestial? Nadie puede hacerlo. Dios ve y sabe todo. Él sabe lo que piensas ahora mismo. No sirve de nada disfrazarse, huir o tratar de esconderse. Él sabe si eres obediente, si te tomas el respeto en serio y, como el padre amoroso de Raquel, está listo para guiarte en el mejor curso de acción. ¡Cuenta con él y escucha sus consejos!
