“Contaré todas tus maravillas”
“Te alabaré, Jehová, con todo mi corazón. Contaré todas tus maravillas” (Salmo 9:1).
¿Qué queremos decir cuando afirmamos que alguien tiene “memoria de elefante”? Tratemos de entender un poco dicha expresión. En el reino animal, cada movimiento está determinado por la supervivencia; sin embargo, las condiciones de un paisaje pueden cambiar de un día para otro. Lo que se ve hoy no necesariamente se verá mañana o el año próximo, de modo que los animales necesitan retener en su memoria dónde se encuentran los recursos que necesitan para sobrevivir, o estarán condenados a morir. Ahí es donde los elefantes sacan ventaja. Un equipo de investigadores de la Universidad de California, en Berkeley, colocó collares con GPS a quince grupos de elefantes para rastrear su ruta. Según Miriam Tsalyuk, estos animales “parecen recordar de manera fiable dónde encontrar las mejores fuentes de agua y alimento”. Además, el estudio reveló que durante la temporada de sequía, “los elefantes se vuelven cada vez más dependientes de fuentes de agua construidas por el hombre”. Su memoria les hace ir a los lugares donde encontrarán pasto y agua.
Así como la memoria es vital para la supervivencia de los elefantes, también es esencial para nosotros. La victoria sobre nuestros combates presentes dependerá en gran medida de que hagamos como dice el salmista: “Enfermedad mía es esta; traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo. Me acordaré de las obras de Jah; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. Meditaré en todas tus obras y hablaré de tus hechos” (Sal. 77:10-12). Hay etapas de hambrunas y sequías, momentos en los que la muerte nos hace guiños, días cuando el desgano nos domina; pues esos son los instantes en los que hemos de traer a la memoria las cosas maravillosas que Dios ha hecho por nosotros. El Salmo 77 expresa el cambio del lamento por la confianza. Traer a la memoria las intervenciones divinas del pasado se convierte en una oración para que Dios repita su obra. Tener memoria de las bondades de Jehová nos abre la posibilidad de disfrutar de un desenlace edificante para cualquiera que sea nuestra condición presente.
Matthew Henry lo expresó así: “El recuerdo de los portentos de Dios a favor de los suyos es el mejor antídoto contra la desconfianza en sus promesas, porque Dios no puede cambiar”.⁸⁹ Prometámosle hoy: “Te alabaré, Jehová, con todo mi corazón. Contaré todas tus maravillas” (Sal. 9:1).
89 Matthew Henry y Francisco Lacueva, Comentario bíblico de Matthew Henry (Terrassa, Barcelona: Editorial CLIE, 1999), p. 612.
Amén, amén y amén