Matutina para Mujeres | Sábado 06 de Mayo de 2023 | Las intenciones del corazón

Matutina para Mujeres | Sábado 06 de Mayo de 2023 | Las intenciones del corazón

Las intenciones del corazón

El ángel del Señor dijo a Elías: “Anda con él, no le tengas miedo”. Fue con él, se presentó ante el rey. 2 Reyes 1:15, SBMN.

La nación se dividió en dos reinos porque sus habitantes se olvidaron de Dios. La corrupción moral y espiritual había llegado a niveles terribles. Adoraban dioses falsos y era casi excepcional encontrar un seguidor del Dios verdadero. Ahora el mundo no es mejor. Mucha gente está siguiendo a dioses modernos como la tecnología, el materialismo, el humanismo y filosofías que ignoran la adoración a Dios.

Ocozías, el rey de turno e hijo de Acab, estaba enfermo. Aunque conocía a Elías, quien contaba con el poder divino para ayudarlo, y sabía los terribles castigos que recibían los transgresores de la ley de Dios y los idólatras, prefirió recurrir a un dios falso, Baal-zebub, para consultar sobre su sanidad. Esto fue un desprecio al Dios verdadero; voluntariamente se puso bajo el dominio de la voluntad satánica.

“Tal vez los hombres de hoy no tributen homenaje a dioses paganos, pero miles están adorando ante el altar de Satanás tan ciertamente como lo hacía el rey de Israel. El espíritu de idolatría abunda en el mundo hoy, aunque, bajo la influencia de la ciencia y la educación, ha asumido formas más refinadas y atrayentes que las que tenía en tiempos cuando Ocozías quiso consultar al dios de Ecrón. Cada día aumentan las tristes evidencias de que la fe en la segura palabra profética está disminuyendo, y que en su lugar la superstición y la hechicería satánica cautivan muchos intelectos” (PR, p. 156).

Ocozías no respetaba a Elías, pero le tenía miedo. Cuando se enteró de que sus siervos se habían encontrado con él y que le había enviado un mensaje de condenación, no se arrepintió, sino que se llenó de amargura y quiso intimidarlo enviando un capitán con cincuenta hombres armados para forzarlo a cambiar la sentencia; pero fueron consumidos con fuego (2 Rey. 1:10). En su deseo obstinado de cambiar los planes de Dios, envió un segundo grupo de hombres armados, quienes también murieron consumidos (vers. 12). El tercer grupo mostró respeto genuino: de rodillas, el capitán suplicó misericordia, y Dios aceptó su actitud humilde y los salvó de la muerte. Los tres grupos dijeron las mismas palabras iniciales: “varón de Dios”, pero Dios, quien conoce la intención del corazón, sabía quién había mostrado la actitud correcta.

Una religión verdadera empieza con una actitud correcta hacia Dios. Asegúrate de que tus palabras alaben siempre a Dios, y respeta a sus siervos.

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