Pasos para una vida exitosa
David se hizo muy famoso en toda la tierra, y Dios hizo que todas las naciones le tuvieran miedo a David. 1 Crónicas 14:17, TLA.
Hay muchos libros de autoayuda que enumeran “claves” para tener éxito y fama. Hoy nos encontramos con un método simple: tres pasos para una vida exitosa según 1 Crónicas capítulo 14.
1. Reconocer y darle el crédito a Dios por el éxito alcanzado. David glorificó el nombre de Dios por su éxito, admitió que su reino había sido confirmado y prosperado por la voluntad de Dios (vers. 2). “Seremos juzgados de acuerdo con lo que deberíamos haber hecho pero no efectuamos por no haber usado nuestras facultades para glorificar a Dios” (PVGM, p. 297).
2. Consultar a Dios. Antes de salir a la batalla contra los filisteos, David consultó a Dios al respecto (vers. 10). David aprendió de sus errores. Consulta primero a Dios antes de enfrentar cualquier batalla en tu vida cotidiana. Recibirás una ayuda increíble y evitarás serias dificultades. “Si está usted en duda acerca de algún asunto, debe consultar primero las Escrituras” (RP, p. 104).
3. Haz reformas en tu adoración. David quemó todos los ídolos que había en su territorio, esto facilitó que Israel se enfocara en adorar al único Dios verdadero. ¿Qué reforma necesitas realizar en tu vida? ¿Qué ídolos deben ser destruidos antes de que puedas experimentar una vida exitosa y de victoria?
“Algunos están tan fríos y apartados que no comprenden que están fijando sus afectos sobre tesoros terrenales que pronto serán barridos para siempre. El amor al mundo los está trabando como un grueso vestido; y a menos que cambien su proceder, nunca sabrán cuán preciosa es la práctica de la abnegación por amor a Cristo. Todos nuestros ídolos, nuestro amor al mundo, deben ser expulsados del corazón” (CMC, p. 232).
El éxito está garantizado en todas tus batallas si, como David, estás dispuesta a reconocer y dar crédito a Dios por tus logros, si consultas su voluntad antes de tomar alguna decisión, y si haces una reforma verdadera en tu corazón y tu hogar.
Revisa los tres pasos para el éxito y confiesa a Dios cuál paso te falta. ¡Vale la pena!