Lidiando con el soborno
Porque fue sobornado para hacerme temer así, y que pecase, y les sirviera de mal nombre con que fuera yo infamado. Nehemías 6:13.
Nehemías terminó la reconstrucción del muro a pesar de que los enemigos utilizaron la astucia, los falsos rumores y el soborno a fin de intimidarlo.
Primero, los gobernadores vecinos acordaron una “reunión” e invitaron a Nehemías (Neh. 6:1-4). Escogieron una ciudad aparentemente neutral cercana a Jerusalén, Ono estaba a unos 40 kilómetros, un día de viaje, pero planeaban matarlo en el camino. No hay territorio neutral entre Dios y el enemigo; nuestra seguridad está en permanecer en el territorio de Dios. Nehemías se disculpó cortésmente por no asistir, sin dejarles saber que sospechaba de sus planes maléficos. Cuántos malos momentos evitaríamos si aprendiéramos a decir enfáticamente: “No”.
Luego enviaron una carta abierta con rumores falsos (vers. 6-8). Las cartas se escribían en hojas de papiro, se enrollaban, se ataban con un hilo y se aseguraban con un sello de arcilla. Si alguien intentaba abrirlas, el sello se rompía y se sabía que la privacidad había quedado descubierta. Acusar a un funcionario de la corona persa en una carta abierta violaba toda norma de cortesía y era sumamente ofensivo. Cualquiera podía leer su contenido, y esa era la intención: incitar a los judíos contra Nehemías, asustarlos con la falsa acusación de que Nehemías se estaba rebelando contra el rey. Nehemías desmintió la carta y a sus emisarios (vers. 8). Si tales informes hubieran sido veraces, el rey se habría enterado y habría tomado una severa medida correctiva. ¿Estás siendo víctima de algún rumor o acusación? “Todo acto injusto contra un semejante es una violación de la regla de oro. Todo perjuicio ocasionado a los hijos de Dios se hace contra Cristo mismo en la persona de sus santos” (PR, p. 481).
El último intento de perjuicio fue usar a los amigos cercanos de Nehemías para infundirle miedo, y que se escondiera y demostrara debilidad (vers. 10). Nehemías pudo darse cuenta de que era otro intento de intimidación (vers. 11-13). Cuando trabajamos en un proyecto, a veces los más desalentadores son aquellos a quienes contamos como amigos. “La oposición abierta puede ser feroz y cruel, pero encierra mucho menos peligro para la causa de Dios que la enemistad secreta de los que, mientras profesan servir a Dios, son de corazón siervos de Satanás” (PR, p. 486).
Que Dios nos dé discernimiento y prudencia en este día para distinguir el engaño y responder con sabiduría.