“Él cuidará de ti”
“Confía al Señor todas tus preocupaciones, porque él cuidará de ti” (Salmo 55:22, PDT).
Bobby McFerrin, el compositor de Don´t Worry, Be Happy (No te preocupes, sé feliz), una de las canciones más populares del mundo, escribió en la primera estrofa: “En la vida todos tenemos problemas, y cuando te preocupas, los multiplicas”, y luego repite la frase: Don’t Worry, Be Happy (No te preocupes, sé feliz). ¿Es cierto lo dicho por McFerrin? ¿Quién puede levantar la mano y decir: “Yo no tengo problemas”? ¿Y quién puede negar que, por el simple hecho de preocuparnos, no desaparecen?
Todos, de una u otra manera, experimentamos cierto nivel de situaciones preocupantes: un familiar enfermo, la falta de dinero para llegar a fin de mes, la pérdida del trabajo… ¿Será posible que dejemos de preocuparnos y que seamos completamente felices?
He citado esa popular canción para que recordemos que dos mil años antes de que McFerrin popularizara ese concepto, Jesús ya se le había adelantado en su más popular aún Sermón del Monte. En Mateo 6:25 al 34, Jesús dijo tres veces: “No se preocupen” (vers. 25, 31, 34, RVC). Jesús nos exhorta a no preocuparnos por lo que hemos de comer o beber, ni por lo que hemos de vestir, y mucho menos por lo que ha de suceder en el futuro. En lugar de estresarnos por estas cosas, Jesús nos dice: “Pongan toda su atención en el reino de los cielos” (Mat. 6:33, DHH). O como dice la Nueva Versión Internacional: “Busquen primeramente el reino de Dios”. Es decir, en lugar de ahogarnos en un mar de ansiedad, nuestro principal deber es darle a Dios el primer lugar en la vida. Eso implica que tenemos que independizarnos de lo terrenal y depender más de lo celestial. Si lo hacemos, podemos estar seguros de que tendremos todo lo que realmente necesitamos para nuestra plena felicidad (ver Mat. 6:33).
El Señor, el mejor de todos los psicólogos, sabe que la preocupación tiene el infernal poder de vaciarnos de todo y llenarnos de vacío. El mensaje de Dios para cada uno de nosotros en este día es: “No te preocupes, sé feliz”. Su promesa es: “Confía al Señor todas tus preocupaciones, porque él cuidará de ti” (Sal. 55:22, PDT).
¿Qué cosas son las que dibujan ojeras de preocupación en tu rostro? ¡Confíaselas al Señor! El mejor antídoto para tus preocupaciones es confiar plenamente en Dios. Ya lo dijo el profeta: “Tú guardas en completa paz a quien siempre piensa en ti y pone en ti su confianza” (Isa. 26:3, RVC).