“Para recibir el premio celestial”
“Avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús” (Filipenses 3:14, NTV).
Si tuviéramos la oportunidad de preguntarle a cualquier jugador de fútbol cuál es su mayor sueño, estoy casi seguro de que su respuesta sería: “Ganar un Mundial”. Ronaldo, el exjugador de la selección brasileña, declaró durante la Copa del 2006 en Alemania que su “objetivo era ganar la Copa Mundial”. Como todos sabemos, Ronaldo no pudo alcanzar su meta, puesto que Italia se coronó campeona mundial ese año. Así que ganar un Mundial no siempre resulta una opción asequible para la mayoría de los futbolistas. De hecho, muchos jugadores que en su momento fueron considerados como los mejores del mundo, no pudieron coronarse campeones mundiales. Por tanto, el verdadero éxito de un futbolista no puede definirse en función de cuántos mundiales ha ganado.
Consideremos el ejemplo de otro futbolista: Ricardo Kaká. Él sí supo definir cuáles eran los elementos que lo harían un verdadero ganador. Para él hay tres piedras angulares para alcanzar el éxito en la vida: la fe, la familia y el fútbol (el trabajo). Amar a Dios, amar a la familia, amar lo que hacemos, ¡ahí radica el verdadero éxito! Si queremos lograr el mejor gol en esta vida terrenal, esos son los puntos en los que debemos concentrar nuestros mayores esfuerzos.
En 2008, tras haber ganado el Balón de Oro, Kaká dejó a todos atónitos con estas palabras: “He sido nombrado el mejor jugador del mundo… Eso para mí es un gran honor. Sin embargo, el mayor honor es servir a Jesucristo, porque él me da esperanza”.¹⁵⁰ Todo lo demás se perderá con el paso inexorable del tiempo, pero la esperanza en Cristo va más allá de los honores y los logros que podemos obtener en esta tierra, no importa cuán colosales sean estos. Kaká ha comprendido a la perfección las palabras de Pablo: “Avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús” (Fil. 3:14, NTV).
¿Cuál es ese premio? Pedro lo expresa así: “Porque están alcanzando la meta de su fe, que es la salvación” (1 Ped. 1:9, RVC). Ese es el verdadero triunfo al que hemos de aspirar. Quizá nuestro país no pueda ganar un Mundial, pero nosotros sí podemos recibir el mejor de los premios: la salvación.
150 Jeremy V. Jones, El gol de la vida: La historia de Kaká (Miami: Editorial Vida, 2010), p. 124.