Él sabe, él ve
“El hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón” (1 Samuel 16:7).
¿Alguna vez has visitado una finca o una plantación? Aunque nunca las hayas visto de cerca, sabes que hay verduras que crecen bajo tierra; las papas, por ejemplo. Quien mira desde afuera, ve solo las hojas, pero allí están, enterradas en la tierra, debajo de lo que se ve. Lo mismo ocurre con una variedad de alimentos, como las zanahorias y la yuca.
¿Alguna vez te has detenido a pensar que a las personas les sucede algo parecido? Cuando alguien nos ve, solo puede ver lo que está afuera, justo en la superficie. Nadie sabe lo que realmente sentimos y pensamos. Está todo enterrado. Incluso nuestros amigos, las personas con las que hablamos todos los días, no saben todo sobre nosotros, ¿verdad?
“El Señor se fija en el corazón”, dice el versículo de hoy. Él sabe lo que te pasa, él ve lo que otras personas no pueden ver. ¡Y esto es muy bueno! ¿No te sientes aliviado al saber que hay Alguien que realmente comprende tus sentimientos, Alguien a quien puedes acudir en busca de ayuda en cualquier momento?
