Todos importan
“Así también, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños” (Mateo 18:14).
El versículo que acabas de leer es parte de la parábola de la oveja perdida. Unas líneas antes, en los versículos 12 y 13, está escrito:
“¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿acaso no dejará las otras noventa y nueve en el monte, para ir a buscar la oveja extraviada? Y si logra encontrarla, de seguro se alegrará más por esa oveja que por las noventa y nueve que no se extraviaron”. La conclusión figura en el versículo de hoy.
Tú y yo somos como ovejas. A veces nos desviamos del cuidado del pastor y nos exponemos a los peligros que trae la vida. Tenemos miedo, estamos solos y queremos volver. Quizá pienses: “No me siento importante. Hay tanta gente en el mundo…”
La próxima vez que te sientas así, vuelve a leer la historia de la oveja perdida y ¡recibe la certeza de que todos importan! ¡Ah, qué bueno es saber que nuestro Pastor nunca se olvida de nosotros y que siempre nos está llamando!
¿Cómo estás hoy? ¿Te sientes lejos de las otras ovejas del Pastor? Definitivamente, te está esperando, y estará encantado cuando regreses. ¡Ese día podría ser hoy!
