Lleno de coraje
“No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios” (Isaías 41:10).
¿Alguna vez te han sudado las manos cuando el profesor te pide que te levantes para hacer un ejercicio o cuando tienes que ir solo a un lugar desconocido? Tal vez no hayas pasado por nada de esto, pero seguro que hay algo que te da miedo. No creas que estas cosas solo te pasan a ti, todos le tenemos miedo a algo. Cuando esto suceda,
Nadie entiende nuestro corazón mejor que Dios. Incluso si no dices nada, él sabe lo que está pasando. ¿Por qué atravesar por todo esto solo, cuando hay un Amigo listo para ayudar? Háblale. Comparte lo que estás sintiendo y dile que necesitas vencer tus miedos. Él dijo que no debemos tener miedo, porque siempre estaría a nuestro lado. Esa promesa debe llenar nuestro corazón de paz y coraje.
Después de hablar con Dios, respira hondo. Piensa en aquello que te está haciendo intimidar de esta manera. Siempre hay algo que puedes hacer para lograr que se vaya. Por ejemplo, si tienes miedo de obtener una calificación baja en el examen, te ayudaría estudiar más o pedir a alguien que te ayude a prepararte mejor.
Pide ayuda a personas de confianza, como tus padres y tus profesores. A veces, puedes pensar que los adultos no entienden tus miedos, pero al igual que tú han tenido (y aún tienen) muchos miedos.
Recuerda: La valentía no es nunca sentir miedo, sino saber qué hacer cuando aparece. Para vencer realmente el miedo, no puedes olvidar que tu Amigo de todas las horas siempre estará listo para ayudarte. ¡Solo tienes que acudir a él!