Amor sin límites
“Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Piensa en algo que realmente te guste. Tal vez hayas pensado en un objeto, como un juego, un juguete, un libro, un zapato o un dispositivo electrónico. Ahora imagina tener que renunciar a él y dárselo a otra persona. ¿Parece fácil hacer algo así? ¿Y si en lugar de un objeto tuvieras que elegir a la persona que más quieres, como tu padre, tu madre o tus hermanos? Si un objeto puede tener tanto valor, ¿cuánto más una persona? ¿Te imaginas la idea de tener que estar sin alguien a quien amas? Cuántas preguntas difíciles, ¿verdad?
Lo más probable es que nunca tengas que tomar una decisión como esta, pero un día Dios dejó ir a Alguien a quien amaba mucho. Él eligió dar a su único Hijo para salvar a todos los seres humanos. ¿Qué significa esto para un padre? Pregúntales a tus padres cuánto te aman. Será difícil comprender un amor tan grande.
¿Piensas que Dios no amaba a su Hijo, Jesús, y por lo tanto aceptó enviarlo para salvar al mundo? ¡No, nada de eso! El amor de Dios no tiene límites, por eso hizo todo lo posible para salvarte. ¿Qué clase de amor es este, capaz de entregarlo todo?
Este es el amor incomparable, incalculable, que Dios tiene por ti y por mí. Nada puede explicar lo que él es capaz de hacer por nosotros. ¡Qué alegría saberlo!