Cuando la razón es irracional — 3ª parte
“Si la vida te da limones, haz limonada”. Refrán anglosajón
Según el psicólogo Rafael Santandreu, tenemos tres creencias irracionales básicas:33 (1) Debo hacerlo todo bien. (2) La gente debería tratarme bien. (3) Las cosas deberían salirme bien.
Por eso, cuando (1) cometemos errores; (2) alguien nos trata mal; o (3) las cosas no nos son favorables, nos frustramos y decepcionamos. La madurez implica alejar de nuestra mente esas razones irracionales que son, en realidad, exigencias infantiles. Como cristianas, debemos partir de tres creencias básicas:
- Somos seres nacidos en pecado, por lo tanto, no solo no lo hacemos todo bien, sino que cometemos errores (e injusticias).
- Vivimos en un mundo en conflicto entre el bien y el mal, por lo tanto, la maldad se hará presente en nuestra realidad cotidiana (de eso puedes estar segura).
- A Jesús, a quien imitamos, las cosas no le fueron favorables (recibió crítica, rechazo, persecución, incomprensión por parte de su familia y una muerte ignominiosa), ¿cabe que esperemos en nuestra vida grandes privilegios?
Una cosa es desear hacer lo que viene a nuestra mano con excelencia, que la gente nos trate bien o que el futuro nos sea favorable; pero convertir esos deseos en necesidades es abrir la puerta a la infelicidad (insatisfacción, ansiedad, tristeza). Lo que tiene sentido es aprovechar todo lo que la vida pone en nuestro camino para el crecimiento cristiano individual y la difusión del evangelio, que es nuestra aportación a la cultura colectiva.
No seas esclava de necesidades inventadas; no dejes ganar terreno en tu mente a razonamientos irracionales. Que tu referencia sea la Biblia:
- “Me doy cuenta de que, aun queriendo hacer el bien, solamente encuentro el mal a mi alcance. […] Veo en mí algo que se opone a mi capacidad de razonar: es la ley del pecado. […] ¿Quién me librará del poder de la muerte que está en mi cuerpo? Solamente Dios” (Rom. 7:21-25).
- “Dichosos ustedes, si alguien los insulta por causa de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios está continuamente sobre ustedes” (1 Ped. 4:14).
- “Consideramos felices a los que soportan con fortaleza el sufrimiento. Ustedes han oído cómo soportó Job sus sufrimientos, y saben de qué modo lo trató al fin el Señor, porque el Señor es muy misericordioso y compasivo” (Sant. 5:11).
“Me mostrarás el camino de la vida. Hay gran alegría en tu presencia; hay dicha eterna junto a ti” (Sal. 16:11).
33 Rafael Santandreu, El arte de no amargarse la vida (Barcelona: Grijalbo, 2019), pp. 57-76.