Un jugador talentoso
«Pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas; podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse» (Isaías 40: 31).
El doctor Norman Vincent Peale, autor de numerosas obras sobre superación personal, menciona en un folleto, el caso del jugador de béisbol Steve Carlton, del equipo de los Phillies de Filadelfia. Al comienzo de su carrera, Carlton no era un jugador sobresaliente, hasta que alguien le escribió una carta y le dijo que tenía las condiciones para ser un gran lanzador, y que lo único que necesitaba era tener fe en sí mismo, mejorar su autoestima y mostrar entusiasmo. Y él aceptó el consejo e hizo lo necesario para cambiar.
Poco después se convirtió en el mejor lanzador de 1972, luego obtuvo la misma distinción en 1977, 1980 y 1982. Por supuesto, además de trabajar en su autoestima, Carlton lanzaba la pelota con tanta fuerza que quemaba al pasar junto al bateador.
En una entrevista Carlton afirmó: «Me encanta lanzar la pelota, y ni siquiera he pensado en la derrota». Fue el mejor lanzador de la Liga Nacional de Estados Unidos y recibió el codiciado Premio Cy Young.
Así como Steve Carlton, tú puedes desarrollar el potencial que Dios puso en ti. No hay razones válidas por las cuales no puedas alcanzar la excelencia en el desarrollo mental, profesional y espiritual. Dios te ha concedido dones y talentos para glorificar su nombre, servir otros y creer en todas las áreas. También te ha hecho miembro de su familia. A los jóvenes como tú, Pedro les recuerda: «Ustedes son una familia escogida,un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios» (1 Pedro 2: 9).
¿Ya conoces tus dones y talentos? Echa un vistazo a las cuatro listas de dones que aparecen en el Nuevo Testamento y trata de descubrir los tuyos (ver Romanos 12: 8; 1 Corintios 12: 8-10, 28-30; Efesios 4: 11). Entre ellos se encuentran: el don del servicio, misericordia, enseñanza, sabiduría, conocimiento, administración y liderazgo. Dios también concede talentos, como: el canto, saber tocar un instrumento y cocinar alimentos deliciosos y saludables.
Toma hoy la decisión de desarrollar tus dones y talentos al máximo para la gloria de Dios.