Como agua y aceite
«Feliz el hombre que no sigue consejo de los malvados, ni va por el camino de los pecadores, ni hace causa común con los que se burlan de Dios» (Salmo 1:1)
Con colorante alimentario, aceite y un poco de agua, puedes crear algunos efectos sorprendentes. Llena la mitad de un vaso de agua y la otra mitad con aceite. Deja reposar la mezcla y, a contnuación, añade lentamente unas gotas de colorante alimentario a base de agua. Para acelerar el proceso, puedes mover las gotas con una cuchara, de modo que se hundan. Si solamente se mantienen en contacto con el aceite no pierden su forma, pero como son solubles en el agua, cuando tocan el líquido que hay debajo del aceite se disuelven formando hermosas cintas de colores.
COMO SE HA DEMOSTRADO EN EL experimento de hoy, a menudo podemos sentirnos aislados e incapaces de integrarnos. Pero ¿será que debemos esforzarnos para cambiar esa situación?
El salmista nos advierte que no sigamos el consejo de los malvados ni hagamos causa común con los que se burlan de Dios. A menudo nos acercamos a las personas porque las admiramos y queremos tenerlas cerca; sin embargo, a veces nos damos cuenta que esas personas adoptan una actitud equivocada, participan en cosas que no deberían y, a pesar de eso, seguimos relacionándonos con ellas y acabamos sintiendo como natural lo que antes era claramente malo para nosotros.
Pero quizá pienses, ¿cómo voy a influir en las personas si no me mezclo con ellas?» Ser prudentes con las personas con las que uno se relaciona no significa aislarse de cualquier contacto con quienes no creen lo mismo que uno. Lo que no debemos hacer es imitar comportamientos erróneos o tolerar actitudes pecaminosas solo para ser aceptados por un grupo.
Pídele a Dios firmeza de principios para decidir no hacer lo que está mal aunque todo el mundo lo haga.