Aférrate con fuerza
«Ven», dijo Jesús. Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús» (Mateo 14: 29)
¿ALGUNA VEZ HAS VISTO UN INSECTO POSARSE EN EL AGUA Y NO HUNDIRSE? Esto ocurre debido a la tensión superficial. ¿Quieres hacer un experimento interesante?
Toma un pedazo de cartulina. Corta un cuadrado de 20 cm de lado y dóblalo por la mitad. Dibuja un insecto con tres líneas que representen las patitas, la base de las patas debe ser grande y redondeada. Recorta el dibujo aún con cartulina doblada. Recuerda usar el pliegue para hacer el dorso del insecto (no puedes recortarlo porque mantendrá unidos los dos lados del insecto). Dobla la base de las patas hacia afuera para que pueda posarse en un recipiente con agua. Al tratarse de un objeto ligero, podrá equilibrarse sobre la fina película formada en la superficie.
Un insecto puede desplazarse fácilmente sobre el agua, pero ¿un ser humano? A diferencia de los pequeños insectos, ¡para nosotros es imposible! ¿Será esto cierto? Junto a Cristo y con su poder, somos capaces de hacer cosas imposibles. Esto es lo que le ocurrió a Pedro: vió a Jesús caminando sobre las aguas y le pidió caminar con él. ¿Qué le respondió Jesús?
Todo iba bien, hasta que Pedro, al prestar más atención a los vientos que le rodeaban que a Jesús, sintió miedo y empezó a hundirse. LOS PROBLEMAS SURGEN CUANDO APARTAMOS LA MIRADA DE JESÚS.
Tal vez los vientos en tu vida representan a personas que te desaniman, grandes obstáculos que temes enfrentar u oportunidades que parecen buenas pero que desvían tu mirada de Cristo. También pueden representarte a tí mismo, sintiéndote autosuficiente para afrontar tus desafíos y por lo tanto no necesitas a Jesús. Ora para que ninguno de estos vientos desvíe tu mirada de Cristo. ¡Elige aferrarte con fuerza a las manos de Aquel que todo lo puede!-