Como a ti misma
“Agape es un amor que se sacrifica”. Joyce Meyer
Un “maestro de la ley”, para tenderle una trampa [a Jesús], le preguntó: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?”. Jesús le dijo: “ ‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’. Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a este; dice: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’. En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas” (Mat. 22:35-40). Este pasaje ha sido interpretado como si Jesús hablara de que la ley tiene tres fundamentos: amar a Dios, amar al prójimo y amarse a uno mismo. Pero lo que el pasaje dice es que la ley se resume en dos mandamientos, no en tres: 1) amar a Dios y 2) amar al prójimo. Entonces, “como a ti mismo”, ¿qué significa?
Fijémonos en el verbo que se usa en el original griego de este pasaje: agapao; este verbo lleva implícito el concepto de sacrificio propio en servicio a otro. El amor agape es un amor sacrificial a favor de otro, lo cual deja sin sentido el concepto de que Jesús nos estuviera mandando amarnos a nosotros mismos para servirnos a nosotros mismos. El amor egoísta no es concebido por Jesús como un tercer mandamiento o un tercer pilar de la ley. De hecho, el amor egoísta no es concebido por Jesús. Punto.
En palabras de Joyce Meyer, escritora y predicadora cristiana, “agape es el tipo de amor que Dios tiene hacia su Hijo y la raza humana. Es un amor que se sacrifica, el amor que vemos en Juan 3:16: ‘Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito’” (NVI).75 Ese es el tipo de amor del cual Jesús está hablando. Es un discurso alejado de los conceptos de la autoayuda de mirar hacia uno mismo de forma egocéntrica y derivar de ahí nuestra autoestima; de hecho, es el tipo de amor que agapea a sus enemigos y ora por quienes lo persiguen (Mat. 5:44).
Jesús dijo: “Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame” (Mar. 8:34). Para ser discípulas de Jesús es importante que nos olvidemos de nosotras mismas en el sentido de que el amor que nos tengamos sea un amor agape, que se sacrifica para llevar a otros a Jesús y cuya vida no gira en torno al yo; un amor que se orienta hacia Dios y el otro, y deriva de ahí su propósito en la vida.
“Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mat. 22:39).
75 https://tv.joycemeyer.org/espanol/devotional/el-amor-agape-de-dios/.