Eso hace mal
«Mientras no confesé mi pecado, mi cuerpo iba decayendo por mí gemir de todo el día» (Salmo 32:3).
PARA IDENTIFICAR EL pH DE UNA SUSTANCIA (comprobar si es ácida, básica o neutra) SE utilizan indicadores. Con una col morada puedes ver uno de estos indicadores en acción y hacer una prueba interesante.
Pon un poco de col morada picada en un bol, vierte agua bien caliente y espera 8 minutos. A continuación, pasa el líquido por un colador y sepáralo en tres recipientes. En el primero, añade una cucharada de vinagre; en el segundo, una cucharada de bicarbonato sódico; y en el tercero, una cucharada de agua. ¿Qué ocurrirá? El vinagre, al ser ácido, teñirá el líquido de rojo. El bicarbonato hará que el líquido adquiera una tonalidad azul, ya que es básico.
En nuestra sangre, el pH ideal es el más cercano al neutro. Pero algunos sentimientos actúan como ácidos que parecen devorarnos por dentro. A menudo, la CULPA provoca ese sentimiento de angustia y desánimo. Nos hiere y nos aleja de Dios. Pero debemos tener siempre presente que hay una solución divina para cada pequeño o gran problema de nuestra vida, y la culpa no es una excepción.
Por último, en la mezcla en la que se ha añadido agua, el color no cambiará, porque su pH es neutro.
Dios nos promete perdón y una NUEVA VIDA. Él quiere liberarnos de cualquier sentimiento que nos aprisione y nos aleje de su gran amor. Aprovecha este momento para hacer autoanálisis.
Confiesa a Dios tus pecados y clama por un cambio cada vez que sientas el peso de la culpa. Recuerda: todos somos pecadores, pero Cristo pagó el precio de nuestra libertad.
No ignores la cruz. Acércate a ella, arrodíllate, pide fuerzas para cambiar y levántate con la certeza del perdón y del amor del Padre.
ÉL CARGÓ CON TU CULPA.