Matutina para Adultos | Martes 11 de Junio de 2024 | Dios cumple la ley

Dios cumple la ley

“No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir” (Mateo 5:17).

En tiempos de Jesús, los escribas y los fariseos, líderes religiosos, habían creado una religión basada en la justicia externa. Habían practicado y enseñado el concepto de que la salvación era resultado de la obediencia externa a la letra de la ley, es decir, a la forma en vez de a la esencia. Así, el cumplimiento a rajatabla de la letra de la ley, incluidas leyes creadas por ellos mismos, llegó a ser la prueba de la verdadera religión. Jesús afirma que, efectivamente, la ley es importante, y él mismo la cumplía, pero la forma en que el cristiano vive la religión ha de ser superior a la forma en que la enseñaban y la vivían los escribas y los fariseos. El cristiano debe vivir el espíritu de la ley. Lo que Dios quiere transformar es la mente y el corazón, no la imagen.

Jesús reconoció el carácter eterno de la ley. Cuando declaró que había venido a cumplir la ley, quería decir que había venido a perfeccionarla, a completarla, para lo cual se tuvo que desligar de la interpretación de ella que hacían los escribas y los fariseos, basada en tradiciones que no pasaban de un mero cumplimiento externo. Jesús vino a darle verdadero cumplimiento a la ley, en el sentido de mostrar los grandes principios que contiene, y que van dirigidos a cambiarnos por dentro en función del amor. La ley no es el cumplimiento mecánico de normas morales, como si fuéramos una especie de máquinas cumplidoras de reglamentos. Esa manera de entender la ley nos inhabilita para amar a Dios y al prójimo.

A veces comentamos con orgullo que Jesús dijo que la ley aún está vigente, y lo hacemos con una mentalidad igual de legalista que la de los escribas y los fariseos. En realidad, lo que debiéramos destacar es que Dios quiere que a su ley le demos verdadero cumplimiento a través del amor.

Cuando leemos sobre la vida de Cristo y reflexionamos detenidamente sobre ella, nos damos cuenta de que cumplir la ley es amar a Dios con todas nuestras fuerzas y a nuestros prójimos como a nosotros mismos. Porque no podemos alabar a Dios mientras estamos en pleito con un hermano. ¿Cómo observas tú la ley de Dios, como un conjunto de reglamentos que te hacen sentirte y creerte percibido como cristiano, o es para ti la brújula que señala el norte en tu vida llevándote al amor a Dios y al prójimo? Jesús lo dejó muy en claro.

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