Sin comparaciones
Jesús le contestó: ‘Si quiero que él permanezca hasta que yo vuelva, ¿qué te importa a ti? Tú sígueme’. Juan 21:22
LAS PERSONAS FELICES NO SE DEJAN INFLUENCIAR POR comparaciones con los demás. Este es el resultado de una investigación que analizó cómo le afecta a una persona el éxito de otra. Se les pidió a los participantes que imaginaran que habían obtenido una mala puntuación en una prueba. A continuación, se les pedía que eligieran con quién preferirían encontrarse posteriormente a este hecho: con un amigo feliz, por haber tenido un mejor desempeño, o con un amigo triste, por haber tenido un peor desempeño.
Los resultados revelaron que los participantes que son más felices estaban más interesados en pasar tiempo con el amigo que estaba feliz por su buen desempeño, a pesar de haber obtenido una puntuación menor que esté en la prueba. Estos participantes se alegraban por el éxito del otro y no les importaban las comparaciones.
A diferencia de los participantes felices del experimento, quienes se comparan mucho con otras personas acaban amargados e infelices. A veces, la comparación nos lleva a señalar pequeños defectos en las personas para sentirnos superiores a ellas en algún punto. Menospreciamos sus éxitos, criticamos su apariencia, su forma de hablar o de actuar, para sentirnos mejor con nosotros mismos. ¡Ninguna de esas actitudes es correcta!
Pedro quería saber si Juan recibiría algún beneficio extra. Así que interrogó a Jesús sobre lo que le ocurriría a Juan. La respuesta del Maestro fue la siguiente: Jesús dejó claro que andar comparándose con los demás no es bueno. ¡CADA PERSONA ES ÚNICA! Dios tiene reservadas victorias individuales para cada uno de nosotros.
Ten un corazón que se alegre por los logros de los demás, y confía en la promesa de que Dios siempre tiene lo mejor para tu vida.