Los troles
«Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo, y éste huirá de ustedes» (Santiago 4:7).
¿ALGUNA VEZ HAS SIDO VÍCTIMA DE UN TROL?
La palabra se utilizaba originalmente para definir a los monstruos del folclore escandinavo.
¿Sabes qué significa? Este término se utiliza para las personas que tienen costumbre de hacer comentarios para desestabilizar, molestar o irritar y ofender a alguien que está participando en un debate o discusión; son alborotadores o polemistas, sobre todo en mensajes en foros digitales. Para comprender la personalidad de los troles, investigadores canadienses analizaron el comportamiento de más de 1,200 mediante inventarios de personalidad.
Como resultado, los científicos descubrieron que las puntuaciones en comportamientos relacionados con el narcisismo, el sadismo, el maquiavelismo y la psicopatía eran más altas en las personas que afirmaban que trolear era su actividad favorita en internet. En resumen, estas personas realmente disfrutan haciéndote sentir mal, y la mejor manera de combatirlas es ignorar sus acciones y resistir la tentación de responderá sus ataques.
Ahora, detente y piensa por un momento: ¿cómo es tu comportamiento en internet? ¿Has sentido placer en perturbar la paz de alguien? Troleo y trolearse han convertido en términos cotidianos con un tono casi inocente y humorístico; sin embargo, comportarse de forma que avergüence, aflija o humille a alguien no es gracioso. ¿Y si tú fueras la víctima? NO HAGAS A LOS DEMAS LO QUE NO QUIERES QUE TE HAGAN TI O A ALGUIEN A QUIEN AMAS.
Debemos someter nuestro comportamiento a Dios y resistir al diablo. Esto incluye no ceder a la tentación de responder o prestar atención a personas que actúan según los patrones del mal. Decide hoy no actuar como un trol e ignora los ataques de quienes insisten en hacer el mal.
