El operador más veloz
«Y todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, que es donde irás a parar, no se hace nada ni se piensa nada, ni hay conocimientos ni sabiduría» (Eclesiastés 9: 10).
—Deseo ver al señor George F. Miliken —rogó el jovencito.
La recepcionista lo miró y pensó que el superintendente de la Western Union (compañía de telégrafos) no lo recibiría. Sin embargo, decidió transmitir el mensaje y se dirigió a la oficina del señor Miliken para informarle:
—Un joven de aspecto modesto desea verlo, señor. Es originario de Port Huron y responde al nombre de Thomas Edison.
—Hágalo pasar de inmediato, señorita —fue la respuesta.
El señor Miliken recordó la escritura prolija de Thomas en su solicitud de empleo. «Si este muchacho pudiera recibir y transmitir mensajes telegráficos con la misma destreza, sin duda lo contrataría», pensó.
Thomas ingresó a la oficina y el señor Miliken guardó silencio durante un buen rato. Sus ojos observaron el pelo despeinado, los pantalones remendados y los zapatos gastados del muchacho. ¿Cómo era posible que alguien tan descuidado pudiera escribir con tanta claridad?
Cuando Thomas se sentó para realizar el examen, todos los demás operadores se detuvieron y empezaron a burlarse, ya que ellos eran capaces de telegrafiar palabras a una velocidad inigualable. Esperaban que Thomas se comportara como un principiante y demostrara su inexperiencia.
Pero los mensajes empezaron a fluir de las manos de Thomas a una velocidad cada vez mayor. Las risas burlonas de los operadores se transformaron en expresiones de asombro. Thomas fue proclamado como el operador más rápido por una razón: tenía el hábito de concentrarse plenamente en su trabajo. Practicaba durante dieciocho horas al día, lo que lo convirtió en un experto en la materia. Thomas Edison dedicaba todas sus fuerzas a cada tarea que emprendía, lo cual le permitió inventar la bombilla eléctrica y realizar numerosas innovaciones de gran utilidad.
¿Cuál es tu mayor pasión en la vida? ¿Estás dedicando el tiempo y la energía suficientes a ello? Hoy puedes seguir el ejemplo de Thomas Edison y poner en práctica el consejo de Salomón: «Todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con todo empeño». ¿Lo harás?