Hoy es un día de porquería
Así que no me digas que
Cada día hay algún motivo para ser feliz
Porque si te das cuenta
La vida es insoportable
A pesar de que
A veces hay momentos de felicidad
La alegría no suele durar mucho
Y no es verdad que
Todo depende de nuestras ganas
Porque
El amor verdadero existe solo a veces
Y tú también lo sabes
Todo es cuestión de suerte
Y por eso nunca podré pensar que
La vida merece la pena
¿Qué te parece este mensaje para iniciar el día? Fuerte, ¿verdad? Una filosofía existencial devastadora: la vida es insoportable porque todo es cuestión de suerte y el amor es difícil de encontrar. Ahora léelo de nuevo, pero empezando por la última línea hacia arriba.
¿No es un valioso mensaje para iniciar el día? ¡Qué importante es ver la vida con perspectiva! A veces, como le sucedió a Salomón, la vemos vacía de significado, vana. Fíjate en la reflexión con que inicia el Eclesiastés: “Me dediqué a investigarlo todo en el universo. Descubrí que la suerte del ser humano, que Dios le ha señalado, no es un camino feliz. Todo es insensatez; todo es perseguir el viento. Lo torcido no puede enderezarse […] de nada vale soñar con lo que pudiera haber sido” (Ecl. 1:14, NBV). Visto desde la perspectiva de su inicio, “Eclesiastés parece promover el escepticismo o el pesimismo, como a menudo se ha interpretado. Pero este libro nos confronta con la dura realidad de la vida y de nosotros mismos, invitándonos a replantearnos nuestros valores y reorientar nuestra existencia. Así, nos llama a ser responsables ante Dios en medio de un mundo complejo, en el que encontramos tanto lo bueno como lo malo. Todo es vacío y vano a menos que sea recibido como un regalo de Dios. Solo la gracia de Dios nos salvará de la vanidad y el vacío de significado de este mundo”.170
Hoy te invito a observar con esta perspectiva; lejos de caer en el vacío existencial, replantéate tus conclusiones pesimistas sobre la vida y reorienta tu existencia. Sí, vivimos en un mundo complejo donde el mal abunda más que el bien; y sí, la muerte física es el fin de nuestra vida en esta tierra a menos que Cristo regrese antes; pero cada día es un regalo de Dios para que hagas algo con él. Por eso, como dice el mismo Eclesiastés más adelante: “Siembra tu semilla por la mañana, y por la tarde siémbrala también” (11:6).
Nada es cuestión de suerte. Todo es cuestión de fe. Si estás viendo la vida con pesimismo y negatividad, necesitas dar un giro de ciento ochenta grados y observarla a través del filtro de la fe.
170 Andrews Bible Commentary (Míchigan: Andrews University Press, 2020), pp. 794, 795.