Matutina para Jóvenes, Viernes 11 de Junio de 2021

Matutina para Jóvenes, Viernes 11 de Junio de 2021

Escuchar Matutina

A orillas del mar

“Al instante dejaron las redes y lo siguieron” (Mat. 4:20, NVI).

La noche ha terminado.

Jesús quiere estar solo un rato más, pero la gente comienza a llegar. Nadie sabe qué va a pasar ese día.

Al menos Pedro no sabe. Está triste y preocupado. No solo las redes, también el dominio que gobierna con destreza le ha fallado esta vez. Juan el Bautista está en la cárcel; a Jesús lo rechazan por donde va. ¿Qué será de su vida?

“En su sermón, Jesús tenía presente otros auditorios, además de la muchedumbre que estaba a orillas de Genesaret. Mirando a través de los siglos, vio a sus fieles en cárceles y tribunales, en tentación, soledad y aflicción. Cada escena de gozo, o conflicto y perplejidad, le fue presentada. En las palabras dirigidas a los que lo rodeaban, también decía a aquellas otras almas las mismas palabras que les habrían de llegar como mensaje de esperanza en la prueba, de consuelo en la tristeza y de luz celestial en las tinieblas. Mediante el Espíritu Santo, esa voz que hablaba desde el barco de pesca en el Mar de Galilea, sería oída e infundiría paz a los corazones humanos hasta el fin del tiempo” (El Deseado de todas las gentes, p. 212).

Jesús estaba pensando en toda la multitud, pero también estaba pendiente de Pedro.

No sé si alguna vez alguien te dio una orden que ya sabías que sería infructuosa y, por respeto y amor, igual la acataste. Esto le pasó a Pedro. No había muchas probabilidades de sacar algo a esa hora. Pero Pedro, al obedecer, se dio cuenta de que Jesús tenía sujeta toda la naturaleza bajo su dominio.

Aferrado a los pies de su Maestro le dijo que se apartara porque era pecador. Esa misma dicotomía es la que debiéramos experimentar más a menudo: ser conscientes de quiénes somos, de quién es Dios y, a pesar de eso –o justamente por eso–, aferrarnos a él para siempre.

“Es obra de Satanás desalentar al alma, y es obra de Cristo inspirarle fe y esperanza” (ibíd, p. 214).

La noche ha terminado.

Un nuevo día ha comenzado y hay situaciones a las que te enfrentas que parecen más imposibles que nunca.

Es hora de dejarlo actuar.

Te animo a que descargues alguna foto del mar de Galilea en tu celular y la mires a lo largo del día para recordar que Jesús está listo para hacer milagros en tu vida y convertirte en pescador de hombres.

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